Lampazzi y Simonetti consideraron imprescindible hacer todo lo que esté a su alcance para evitar que las empresas cierren y que se pierdan más puestos laborales. Durante la reunión, Simonetti expuso su postura en favor del horario corrido, mientras que Lampazzi se pronunció en defensa de la libertad de horario. Explicó que los distintos rubros, en función de sus peculiaridades, necesitan diferentes franjas horarias para responder a sus clientes y que es el Estado quien tiene la responsabilidad de decidir en la materia.
También se trajo a colación que los controles para verificar el cumplimiento de las restricciones no tienen la misma fuerza en toda la ciudad: en algunos lugares se controla más y en otros menos o nada.
Lampazzi hizo notar que las grandes superficies se ven beneficiadas al disponer de un horario más extenso por considerárselas “esenciales”, situación que aprovechan para vender productos “no esenciales” –calzados, indumentaria, etc.- en momentos del día en que sus competidores de esos rubros están obligados a mantener sus puertas cerradas.
El encuentro sirvió para habilitar un canal de diálogo, en el que ambas entidades puedan escucharse, respetando los puntos de vista diferentes, a la par que apostando a la labor conjunta en pos de sostener la actividad económica y el empleo.