Empresarios avícolas y citrícolas advierten que los cortes amenazan la industria

En la provincia de Entre Ríos la avicultura se desarrolla en 2200 granjas de productores que en muchos casos tienen esta explotación como única fuente de ingresos. Las plantas faenadoras no pueden desarrollar sus tareas por no recibir aves vivas y no tener lugar donde guardar la mercadería producida, ya que no se puede enviar el pollo a los centros de consumo, a la exportación o a plantas frigoríficas donde mantener adecuadamente el producto.
La avicultura consume gran parte del maíz y la soja que se comercializa en el mercado interno, siendo un cliente importante de los productores que cortan las rutas. La falta de comercialización de los productos avícolas desencadenará un quiebre en la cadena de pagos y hará peligrar la fuente de trabajo de todos los participantes de la misma.
Por lo expuesto la industria avícola llama a la reflexión a los responsables de los cortes de rutas solicitando el libre tráfico de insumos y productos avícolas como única alternativa para evitar la caída de un sector importante de la producción provincial.

La citricultura está paralizada

La interrupción de actividades afecta a la cosecha, el empaque y la exportación. Hay personal suspendido y se ha perdido gran parte de las variedades tempranas. El sector adhiere al reclamo del campo, pero no disimula su preocupación por estos graves efectos, a los que se suma la pérdida de mercados en el exterior por el incumplimiento en las entregas.
“La citricultura está paralizada, tanto en la cosecha, con miles de personas sin trabajar, como en los empaques y en la exportación”, expresó Caprarulo al ser consultado sobre las dificultades que afronta una de las principales actividades de la economía regional.
“Por supuesto que acompañamos el reclamo del campo, somos del campo, vivimos del campo”, explicó. No obstante ello, reconoció la parálisis que el sector sufre desde hace días. “Se acaban de ir dos barcos que esperaron infructuosamente que pudiéramos cargar nuestros productos de exportación”, informó.
“Nos trae problemas no haber cargado esos barcos, no cumplir con nuestros clientes en el exterior, y sabemos lo que cuesta mantener mercados como los que se han ganado con el esfuerzo conjunto de todos, con la provincia, con el Senasa, etc. Adonde no llega la fruta de Entre Ríos, de inmediato llega la fruta de Sudáfrica o llegan otros exportadores”, agregó Caprarulo.
El directivo de CECNEA consideró que ya se ha perdido gran parte de las variedades tempranas, puesto que la fruta, por su carácter perecedero, “tiene un momento para ser cosechada y un momento para ser exportada”. “Para nosotros es una tragedia, porque no tenemos la posibilidad de almacenar en silos como hacen los que hoy están cosechando igual los granos”, explicó.
Caprarulo admitió que ha sido suspendida la labor del personal de cosecha y también en varios empaques. “Algunos han seguido trabajando un poco más porque tenían más fruta en cámaras, pero ya no hay fruta cosechada ni más capacidad de frío”, precisó.
“Por supuesto que entendemos la situación del campo, adherimos al reclamo, pero la realidad es que hoy nos preocupa mucho la parálisis del sector. Pareciera que hay una luz de esperanza para darle paso al diálogo, pero hay algunos que no lo entienden así, y si continúa el conflicto los efectos sobre la actividad se agravarían aún más”, concluyó.
Consultado sobre la actitud de los compradores de citrus en el exterior, no dudó en considerar que “comprenden lo que nos está pasando, pero ya están buscando la fruta en otros lados”.

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