El sindicato, teniendo en cuenta que la pauta salarial vigente se encuentra desactualizada conforme al incremento del costo de vida y la escalada inflacionaria, solicitó un incremento salarial del 37,5 % que permita llegar a las empleadas a niveles acordes con el salario mínimo vital y móvil.
No obstante, el trabajo ‘en negro’ es el denominador común. Quienes menos perciben es el personal que tiene horarios de trabajo durante la noche. “El empleados considera que como van a dormir no deben pagarles más que eso”, indicó la responsable del SECFER. “Ellos dicen, van a dormir nada más y en realidad cuando tenés una persona a tu cargo, sea de noche o de día, es una responsabilidad y el empleador tiene que respetar pagándoles el sueldo que corresponde”, añadió.
La mujer admitió que se puede discutir la cantidad de horas que se le deben liquidar a una empleada doméstica. “Podemos tener ese debate y hay que aclarar las escalas pero el sueldo se le debe pagar en base a la cantidad de horas y se debe respetar la responsabilidad que le están dando”, señaló Muñoz.
En marzo de 2013, la Cámara de Diputados de la Nación convirtió en ley un régimen que regula las relaciones laborales de los trabajadores de casas particulares. La iniciativa amplía los derechos de los asalariados del sector al incluir la licencia por maternidad, vacaciones pagas, aguinaldo e indemnización por despido, y limita la jornada de trabajo a ocho horas diarias y 48 semanales. La realidad es muy diferente una actividad laboral donde la precariedad alcanza al 80 por ciento de los trabajadores. Ese escenario se conjuga, en muchos casos, con situaciones de reducción a la servidumbre y vasallaje, según Página 12.
En otros casos, hay empleadas que prestan servicio por espacio de ocho horas pero sólo se les abona en blanco media jornada. Una de las causas es que no está clara la escala de los aportes que se deben realizar en la AFIP según la cantidad de horas semanales que trabaje. La escala contempla tres alternativas: menos de 12 horas, menos de 16 horas y más de 16 horas. Muñoz dijo que les gustaría que se contemple la cantidad exacta de horas. La otra es que se trata de una evasión muy común la de pagar sólo la mitad de las horas en blanco dado que se aplica mucho en rubros como el comercio.
Una trabajadora de casa de familia que trabaje ocho horas diarias, que se retira los sábados al mediodía, inscripta en la última categoría, debe percibir $ 3.864. “No llega al sueldo mínimo”, dijo Muñoz.
La última modificación salarial tuvo lugar en septiembre del año pasado. Muñoz recalcó que en la actualidad, el ministerio de Trabajo de la Nación determina la escala salarial. Pero se debe conformar una mesa salarial donde se puedan sentar los trabajadores por un lado y los empleadores por el otro.
No obstante, el gremio se encuentra con un inconveniente serio. La gran cantidad de trabajadores “en negro”. O sea, que prestan servicio sin ser registradas. Muñoz sostuvo que han logrado un crecimiento de la inscripción laboral pero quizás “no tan grande como se esperaba” teniendo en cuenta la gran cantidad de personas enroladas en ese trabajo.
Por otra parte, admitió que muchas veces son las mismas empleadas quienes no quieren inscribirse debido a que cobran planes sociales. “Es una realidad que tenemos que enfrentar. Si pedimos derechos; tener una escala salarial justa y por ello tenemos obligaciones. Una de ellas es darle los datos necesarios al empleador para que las inscriban”, indicó.
La mujer señaló a las empleadoras que para inscribir a una empleada no hace falta contratar a un contador. El trámite para asentar los datos en la AFIP y corroborar el pago de los aportes es muy simple.
Más adelante, Muñoz señaló que tiene cerca de 600 afiliadas al gremio en toda la provincia. La secretaria general dijo que pueden tener un asesoramiento y un seguimiento si necesitan de alguna situación puntual.
Por su parte, la representante de Secfer en Concordia, Adriana Hernández, explicó que la gran mayoría de las empleadas en la ciudad revisten en las categorías 5º (corresponden a todos los quehaceres del hogar como limpieza y cocina sin cuidado de personas) y la 4º (quehaceres de la casa más el cuidados de personas como niños y ancianos).
Por ejemplo, una mujer que trabaja una jornadas de 8 o de 4 horas debe recibir, por hora $ 22,26. Eso implica que lava, plancha y cocina de lunes a viernes 4 horas diarias (80 mensuales) debe percibir un sueldo de $ 1.780. Una suma ubicada por debajo de la mitad del salario mínimo vital y móvil de $ 6.000. A eso hay que añadirle que los empleadores les descuentan $ 200 que se destinan a la obra social. El sueldo queda en $ 1.500. Los aportes jubilatorios ($ 35) y la ART ($ 233) corre por cuenta del patrón.
En tanto, una niñera de categoría 4º percibe por hora $ 24,61. Trabajan de lunes a sábados totalizando 80 horas mensuales. La remuneración en esos casos ronda los $ 1.969 menos los $ 200 de obra social.
Hernández sostuvo que quienes son inscriptos por hora deben percibir $ 33 por cada 60 minutos de trabajo. Una suma baja pero sostuvo que hay quienes logran arreglar por una suma que ronda $ 45 y $ 50. Eso depende de la buena voluntad del empleador, “Así como hay malos empleadores hay buenos que llaman y preguntan para ponerlas en blanco”, dijo Hernández.
Por otra parte, la mujer admitió que a la mayoría de las empleadas no inscriptas les pagan menos. “Es relativo. A veces no llegan a un acuerdo o la empleada no reclama sus derechos”, dijo. Muchas de las empleadas tienen temor de ser despedidas y es difícil conseguir trabajo. Eso conduce a que mucha gente “se abuse”, admitió. En esas situaciones, aconsejó contactarse con ella a través de la Filial de Secfer en Concordia en Faceboook.
Respecto de los aguinaldos, dijo que todos tienen derecho a percibirlos, más allá de que estén o no inscriptas. Hernández admitió que “es una lucha constante”. Y que muchas veces “solo cobran las que reclaman” o las que tienen buenos empleadores.
