La edificación creció más del 4 por ciento en octubre, cuando había anotado caídas interanuales del 6 por ciento en los primeros meses del año, debido a las tensiones del frente externo que frenaron decisiones de inversión del sector privado. En el detalle por bloques de la construcción, se computó que el rubro de viviendas particulares avanzó 8,3 por ciento, mientras que las edificaciones del complejo de hidrocarburos crecieron al 14 por ciento. El impulso estatal en estos bloques fue central, puesto que se avanzó en la entrega de préstamos habitacionales a través del Pro.Cre.Ar, al tiempo que la petrolera YPF lideró las inversiones en exploración y explotación de pozos.
La recomposición de las edificaciones no resulta menor si se tiene en cuenta su impacto en materia económica. Un documento reciente del Ministerio de Planificación precisó la relevancia de la construcción para el crecimiento de la actividad local en los diez últimos años, cuando la Argentina alcanzó las tasas de expansión de la demanda agregada más elevadas de la historia. La demanda de mano de obra registrada, la creación de empresas, el aporte al nivel del Producto y el efecto multiplicador para los proveedores de cemento y otros insumos fueron algunos de los principales elementos que se destacaron en el informe de Planificación. “La riqueza que genera en la actualidad la rama de la edificación es 139 por ciento mayor respecto de la de los ’80, un 97 por ciento más en relación con la de los ’90 y 134 por ciento más si se la compara con los niveles de 2003”, marcó el texto. Agregó que en el sector operan día a día más de 26.800 compañías, el doble de firmas respecto de las que funcionaron en el promedio de la convertibilidad.
En cuanto a la cantidad de trabajadores formales, se registraron en torno de 450.000 empleados en 2014, cuando en los ’80 había 200.000 trabajadores y en el momento de mayor prosperidad de los ’90 algo menos de 300.000. En el informe se subrayó además que los despachos de cemento al mercado local computaron un crecimiento exponencial en la última década. Este año se alcanzaron niveles pico de consumo de alrededor de 11.500.000 toneladas, lo cual adquiere relevancia si se tiene en cuenta que en la crisis del uno a uno se vendían menos de 4.000.000 de toneladas, mientras que en los años de mayor crecimiento de los ’90 la cifra era de casi 8.000.000 de toneladas.
La participación del sector público en obras de infraestructura fue central para el crecimiento de esta actividad en los últimos años. “Entre 2003 y 2014, se ejecutó el plan de obras record de la historia argentina, con 89.000 millones de dólares en inversiones del Estado”, afirmó el documento de la cartera que conduce Julio De Vido. Los montos desembolsados requieren observar que en 2014 se ejecutaron obras por 14.862 millones de dólares, un cifra equivalente a la mitad de las reservas internacionales del Central, mientras que en 2002 eran de 255 millones de dólares y a medidos del ’90 ascendían a 2000 millones por año. Algunas de las edificaciones de envergadura más relevantes de la última década se realizaron en las rutas y caminos, con la ampliación de 1800 kilómetros de autopistas-autovías y la pavimentación de 4500 kilómetros de rutas. La construcción de viviendas sociales, para avanzar en la resolución del déficit habitacional de sectores postergados de la sociedad, fue otra de las inversiones centrales. Planificación destacó la edificación de 1.080.000 viviendas (y soluciones habitacionales) desde 2003.
