Dicho proceso lo ubicamos en el contexto latinoamericano, donde conviven proyectos de diferentes matices de ruptura con el neoliberalismo y elementos de continuidad de aquel modelo de acumulación capitalista depredadora. El imperialismo observa con atención ese proceso y actúa para mellar los avances progresistas en la región, cuya punta de lanza más peligrosa es su política guerrerista: bases militares y la Cuarta Flota sirven como ejemplo de ello. Así, la principal contradicción reside en optar entre la restauración conservadora y la profundización de los cambios, que para nosotros y sin desmedro de la amplitud y profundidad programática debe ubicar como su horizonte la sociedad socialista y su búsqueda concreta en el socialismo del siglo 21. La Argentina no es ajena a este planteo y en la política cotidiana y la realidad de los trabajadores y trabajadoras encontramos innumerables ejemplos: el debate sobre el 82% móvil como intento de vaciar las arcas del Estado por parte de la derecha versus el posibilismo de decir que no hay fondos para ello; o nuestra propuesta de llegar a ese noble objetivo vía reponer los aportes patronales y una reforma tributaria para que paguen más quienes más tienen, paguen poco quienes poca ganan y no paguen nada los pobres e indigentes es solo uno de ellos.
Agrupaciones docentes de diferentes vertientes, compañeros de la conducción de ATE, sindicatos ligados a FETERA (trabajadores de la energía) movimientos sociales que forman parte de nuestra corriente y otros que adscriben al nacionalismo popular, así como jubilados y trabajadores precarizados están contenidos en el acuerdo provincial.
Un proceso similar se ha impulsado para la construcción de las listas para las mesas locales de la Central en el territorio provincial, con dispares resultados. Dicha realidad no pone en tela de juicio la voluntad de los compañeros de la CONAT de llevar a la práctica concreta un proyecto sindical propio, de carácter liberador, fuertemente enraizado en la originaria tradición revolucionaria de los primeros sindicatos realmente existentes en la Argentina y con capacidad de articular alianzas con otros proyectos; sino que es fruto de una complejidad emanada del proceso nacional que atraviesa nuestra Central.
Este proceso viene solidificado por arduos debates y acuerdos que hemos podido construir en el seno de la conducción provincial de CTA, cuando estos lograron superar el sectarismo y el hegemonismo de algunos compañeros que hoy integran la llamada lista Frente Entrerriano de Trabajadores. Esos vicios, sumados a suponer que el actual gobierno nacional es como si fuera el de Menem en los 90, desconociendo contradicciones y medidas positivas que siempre reclamamos, llevaron en determinadas ocasiones a confundir los piquetes de los sojeros con las luchas populares o a intentar desautorizar una movilización contra la represión y las torturas policiales en Concordia en perjuicio de los cosechadores del arándano. Somos unitarios y fraternales en todos los debates, pero no podemos ser hipócritas ni desmemoriados.
Con algunos compañeros de la lista UNIDAD compartimos la construcción de INTEGRACION POR UNA AGMER DE TODOS, un intento plural de superar limitaciones en la construcción sindical docente y de impedir que dicha organización sea conducida por compañeros que hoy le imprimen una dinámica errónea al conflicto, presos de la falta de líneas estratégicas y por enfoques que confunden el enemigo principal cuando no son decididamente correa de transmisión de proyectos enajenantes para la clase trabajadora.
En la lista UNIDAD compartimos la necesidad de contener el protagonismo de los movimientos sociales como parte efectiva en la conducción, para llevar a la práctica un principio fundamental estatutario de la CTA, como es el de darle organización obrera al conjunto de la clase trabajadora tal cual es: ocupada y desocupada, formal e informal, en blanco y precarizada. Esto resulta medular para la construcción plural de la Central porque en las conducciones de los sindicatos suele primar un desinterés por este aspecto y se cae en visualizar a la CTA como una coordinadora de gremios estatales. El protagonismo de los movimientos sociales ha sido tal que en algunas localidades han sido sostén fundamental de los planes de lucha de la CTA, sus resoluciones, con presencia en las calles y en los conflictos.
En la lista UNIDAD compartimos una serie de valoraciones sobre el proceso social y político de la Argentina y Entre Ríos, con contradicciones y limitaciones, pero con avances que constituyen no un techo sino piso para profundizar los cambios: en los juicios contra los genocidas del Proceso, la Asignación por Hijo, estatizar el sistema privado de jubilaciones, la ley de Medios Audiovisuales y tibias estatizaciones y recomposiciones salariales, entre otros; vamos por la personería gremial para la CTA, por una reforma tributaria progresiva, por discutir en serio el uso y distribución de la tierra, por la defensa de los recursos naturales, por elevar sin techos los salarios y liquidar el trabajo en negro por recuperar el patrimonio nacional y ambiental.
Podemos pensar en eso porque hemos avanzado en contemplar aquello que nos enseñara el gringo Tosco de albergar proyectos políticos en el seno de la clase, siempre que coincidieran en la necesidad de un frente de liberación nacional y social en función de la soberanía nacional, la independencia económica y la verdadera justicia social. Por tanto es digno de celebrar que la lista UNIDAD también sea expresión de acuerdos de militantes sindicales del Partido Comunista, del Nuevo Encuentro de Martín Sabatella, de aquellos que portan identidades peronistas, quienes adscriben al denominado espacio transversal más allá del PJ e independientes que buscan una nueva fuerza política que los contenga y represente.
Desde la CONAT entendemos que los trabajadores organizados están llamados a fortalecer un sujeto que sea eje vertebrador de una construcción autónoma de las patronales, el gobierno y el poder agromediático en estas tierras, como aporte fundamental para una herramienta política liberadora que empuje en esa dirección, que ponga freno a la derecha de la única manera posible: profundizando en toda la línea. Entendemos que la lista que es fruto de un acuerdo plural entre la CONAT, el sector que encabeza Hugo Yasky y otros sectores diversos está en condiciones de estimular esa línea, y se expresa en la lista Nº 10 «Por una CTA de Todos» a nivel nacional.
Lamentablemente, no lo entienden así quienes pretenden una Constituyente Social que se diluya en un pensamiento hegemónico al servicio de una parcialidad partidaria.
Se trata de diferencias de proyectos que explican, al menos en parte, las listas para las elecciones de CTA para el próximo 23 de septiembre. Nuestro enfoque de autonomía y unidad de la clase, de generar las condiciones para incorporar decididamente a la Argentina al proceso liberador que encuentra en el socialismo del siglo 21 sus expresiones de avanzada, está presente en la lista UNIDAD.