A casi un mes de los comicios, la mandataria ayer dominó el segundo debate presidencial televisado y cuestionó el confuso programa de su principal adversaria, la ambientalista Marina Silva.
Del encuentro también participaron el socialdemócrata Aécio Neves -en tercer lugar en las encuestas- y otros cinco candidatos.
Rousseff recordó que, en los últimos doce años de gobierno del Partido de los Trabajadores, la prioridad fue la creación de empleos, las mejoras en la educación y la lucha contra la pobreza.
Según los sondeos, la presidenta Dilma Rousseff ganaría la primera vuelta con un 34% de la intención de voto pero, según las proyecciones, la aspirante del partido socialista, Marina Silva, resultaría ganadora en un eventual ballotage, el 26 de octubre, con más del 50 % de la intención electoral.
Dario Pignotti, corresponsal en Brasilia del diario Página 12 y la Agencia Ansa, plantea que en el debate Silva se presentó como una candidata que busca afianzar las conquistas sociales del oficialismo, a través de la restauración de políticas neoliberales.
Para el periodista los responsables del meteórico ascenso de la ambientalista en las encuestas – tras la trágica muerte el 13 de agosto del anterior candidato socialista Eduardo Campos- son los medios opositores y el capital financiero brasileño.