De León señaló que se iban a llevar a cabo asambleas en el lugar de trabajo pero como no hubo señales del banco en las anteriores medidas de fuerza se cambió por otra medida más radical.
Además el gremialista dijo que buscan evitar que haya choques entre los trabajadores con los clientes. En ese sentido, explicó que una persona que estuvo haciendo fila una o dos horas y, cuando le llega el turno, le avisan que no va a ser atendido se resiente contra el personal. Lo mismo le pasa a los cajeros. “Es chocante decirle a un cliente que se tiene que ir”, indicó.
Durante la primera semana fueron dos horas de asamblea durante dos días a la semana. A la semana siguiente se repitió la medida pero con tres horas de duración. Esta semana se amplió a cinco horas. En la Bancaria esperan que interfiera el Ministerio de Trabajo para que obligue al banco a sentarse a negociar.
El principal reclamo consiste en la incorporación de más personal para no sobrecargar con dos o tres horas extras a los empleados. “La jornada laboral es de siete horas y media y por más que pagan las horas extras, el personal a la corta o a la larga termina enfermándose por falta de descanso; no se toman licencia porque muchos tienen licencias acumuladas”, dijo el gremialista.