El Túnel y Uranga

El Túnel fue una política de Estado, llevada adelante por santafesinos y entrerrianos. La construcción se basó en estudios previos, que realizaron los gobiernos peronistas; fue iniciada por Uranga y Sylvestre Begnis, gobernadores desarrollistas; continuada por mandatarios radicales; y concluida durante un gobierno de facto. En las obras trabajaron más de 2.000 personas.

El gobierno de Uranga no giró en torno al Túnel; de hecho, la obra comenzó pocos meses antes de que abandonara el poder. El gobierno desarrollista tenía una prioridad: detener la expulsión de entrerrianos de su territorio. Para hacerlo se propuso transformar a una provincia aislada del resto del país, sin caminos interiores y basada en una agricultura poco tecnificada en una economía pujante y moderna. Uranga impulsó la industrialización, la mecanización del agro y la construcción de de caminos. También implementó un sistema de colonias: otorgó tierras a los hijos de los agricultores para que las trabajaran y no abandonaran el campo.

¿Por qué, entonces, cuando recordamos a Uranga siempre hablamos del Túnel y cuando hablamos del Túnel siempre recordamos a Uranga? Porque esta obra es la que mejor representa la visión desarrollista del exmandatario: una provincia moderna y con oportunidades, un país integrado que no mira exclusivamente a Buenos Aires, una Argentina donde las provincias también son protagonistas de la historia nacional. Los hechos son conocidos: el gobierno nacional, presionado por facciones militares que creían que era posible una guerra con Brasil, se oponía a la construcción de un puente. Era mejor mantener a la mesopotamia aislada, decían. Carlos Sylvestre Begnis y Raú Uranga, los gobernadores de Santa Fe y Entre Ríos, decidieron, entonces, emprender una de las obras de infraestructura más importantes de aquella época sin el apoyo del gobierno nacional. Todo un símbolo. Uno de los momentos más profundamente federales de la historia Argentina.

Pocos recuerdan hoy cuantas escuelas que en cuatro años el gobierno de Raúl Uranga construyó escuelas, otorgó decenas de créditos industriales y para la promoción del agro, duplicó la red de caminos pavimentados y enripiados de la provincia. Pocos recuerdan que en su mandato cumplió con todas las promesas que hizo en campaña y que, incluso, superó algunos de los objetivos que se había fijado antes de llegar a la Casa de Gobierno. Pocos recuerdan que fue un gobierno que hizo una gestión notable, porque no lo recordamos por la gestión. Lo recordamos por el Túnel, el más político de sus logros. Lo que trascendió, más allá de los éxitos de su mandato, fue su visión política. Una visión que puede resumirse en una frase que pronunció el exgobernador en 1961. Fue tras la firma del contrato con las empresas constructoras, cuando, ilusionado, lanzó un desafío al país: que el ejemplo del Túnel sirviera para que “todos los provincianos empecemos a mirarnos un poco entre nosotros y reconstruyamos el país soñado por los fundadores”.

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