Esto se ha visto demostrado en la cantidad de bodas que fueron anticipadas durante la campaña y hasta la elección de Bolsonaro.
En su momento, el nuevo presidente brasileño sostuvo que "prefería un hijo muerto a uno gay", lo que despertó una oleada de críticas e indignación en el país.
Según María Berenice Dias, presidenta de la Comisión de la Diversidad Sexual de la Orden de los Abogados de Brasil (OAB), "no existe legislación en Brasil asegurando cualquier derecho de la población LGBTIQ".
Los datos nacionales del Registro Civil revelaron que los números de matrimonios entre personas del mismo sexo aumentaron desde 2013, cuando se dieron 3.701 registros. En 2017, este número llegó a 6.746.