Según comentó Flaiban, Castillo ingresó a su negocio sin ninguna expresión diferente o particular ni nada que le fuera a llamar la atención. “Lo conocía de toda la vida, aunque no éramos amigos y de hecho se quedó charlando conmigo en el negocio un rato largo. Hablamos de sus cosas, de la situación económica, trabajo y todo eso. En un momento me mostró las joyas y me dijo que se las habían regalado y necesitaba que se las tase para saber si las podía vender. También me habló de que tenía un reloj y si lo podía traer, pero yo le dije que no porque sólo me dedico a la joyería, oro y plata. Que de relojes no tenía idea”, recordó-
“Más o menos hablamos de un monto en total y le dije que yo no tenía ese dinero, que averigüe si quería en otros lugares porque capaz le pagaban ahí mismo. Era una plata importante para mí, pero no tenían brillantería ni nada de eso, eran tres o cuatro pulseras, una cadena, anillos y un par de aros”, detalló el comerciante y agregó: “Se fue con las cosas y más tarde me mandó unos mensajes de audio que en el momento no los escuché, así que alrededor de una hora y media después apareció de nuevo en el negocio, me dio las cosas y dijo que me las iba a dejar a mi nomás para que se las tase bien y que después iba a pasar”
Vale remarcar que el crimen de la profesora ocurrió en la mañana del lunes y el hecho que aquí se relata fue el martes de tarde, incluso, Flaiban recuerda que le envió un mensaje de Whatsapp a Castillo esa misma noche con el importe de las joyas y que el destinatario no lo recibió, con lo cual, esperó a que aparezca en el negocio el día siguiente. “El miércoles a la mañana me empiezan a llegar mensajes de Whatsapp de los grupos y amigos hablando de que habían detenido al sospechoso de haber matado a la señora y cuando veo la foto de él me quedé helado. Todos quedamos igual porque es un chico conocido”, señaló. “La verdad es que no sabía qué hacer ni por dónde empezar, no sabía si esas joyas eran de la señora o no, no entendía nada. Así que mi esposa me consiguió el número de la hermana, la llamé, le conté todo y le mostré fotos de lo que tenía. Ella me confirmó que eran de su hermana y después la policía se me comunicó conmigo. Más tarde se acercaron al local con el fiscal, hice mi declaración, entregué los audios, lo mensajes que habíamos intercambiado y todo lo que tenía”, afirmó.
Por último, el propietario del taller de joyas reconoció que no sale todavía de la conmoción por todo lo ocurrido y remarcó que se solidariza con la familia de Teresita Galli por el brutal crimen. “Actuamos de la forma más responsable y ética que consideramos y seguimos todos los pasos que corresponden tras enterarnos de que las joyas eran de la señora Galli”, concluyó.
El siguiente, es un video de otro comercio donde el detenido consultó para tasar las joyas-