Personalmente me llamó mucho la atención una expresión del representante de la Cámara de Exportadores, el Sr. Caprarulo, quien afirmaba que desde la cámara estaban en desacuerdo con la figura del subsidio, pero que, en este caso puntual, era imperioso un subsidio para sostener la viabilidad de la exportación. Me llamó la atención, porque en esa expresión se deja traslucir la liberalidad del empresariado argentino, que rechaza toda forma de ingerencia estatal –cuando les va bien-, y por otro lado, reconocen la utilidad del estado –cuando les va mal-. Retracción estatal cuando les va bien, intervención estatal cuando les va mal. Una receta magnifica, gourmet, gourmet.
El cronista está completamente en desacuerdo con la idiosincrasia liberal de cierto empresariado argentino, pero también cree que, repeler dicha forma de pensar de un modo sensibilizado y reactivo podría alejarnos de una verdadera solución del conflicto. Analicemos pues sus aristas.
Sería un error pensar que este conflicto se encuentra definido por el conflicto en sí, todo lo contrario, el conflicto se inscribe dentro de una gestión de gobierno y de una realidad un tanto más amplia. En el conflicto se requiere la disposición de recursos públicos para apalear una problemática de déficit y sustentabilidad. En este sentido, la disposición de los recursos públicos debe definirse sin perder de vista el amplio espectro de necesidades y demandas de recursos públicos que coexisten en nuestra sociedad. Por ejemplo, estos diez millones de dólares que se reclaman de las arcas públicas, podrían ser cuarenta y un millones de pesos destinados a mejorar la situación de los docentes provinciales, o las salas de primeros auxilios, u otros gastos. Es obvio que ésta no es ni va a ser nunca la perspectiva de la Cámara de Exportadores, ni tampoco la del sindicato, dado que por definición estas entidades defienden intereses corporativos, pero lo cierto es que ésa debe ser la perspectiva del Gobierno Provincial, ya que el Gobierno esta obligado a contemplar y administrar en favor del conjunto de la sociedad. Para eso son elegidos los gobiernos.
En ese sentido, entiende el cronista, el gobierno nacional y provincial ha comprendido realmente muy bien el funcionamiento del estado capitalista en el siglo XXI. A lo largo del proceso político que estamos viviendo, se destaca el equilibrio del gasto público entre los diferentes aspectos que apalancan del desarrollo social del capitalista. El gasto social, en educación, ciencia y técnica, infraestructura, salud, energía, políticas de trabajo, de desarrollo de nichos empresariales estratégicos, etc. Alguien podrá plantear un sistema alternativo al capitalismo, y tal vez tenga razón, pero lo cierto es que en marco de un sistema capitalista como en el que estamos inmersos, el gasto público durante el actual proceso político ha sido imputado desde los intereses del conjunto de nuestra sociedad, con gran equidad y racionalidad. Otro podrá plantear ciertas inequidades específicas, anécdotas de corrupción o de amiguismo. Si, es probable, tal vez tengan razón, pero esa razón será parcial. Es verdad que falta “sintonía fina” en muchas políticas, pero lo cierto es que en términos históricos el presente proceso ha significado un mejoramiento sin precedentes. Sobre todo si se tienen en cuenta las fuerzas contra las que ha hecho frente.
Volviendo a este caso, el cronista entiende que el subsidio puede ser de utilidad para el empresariado, para los compañeros trabajadores, y también para el conjunto de la sociedad. Para que ello suceda deben coexistir ciertas condiciones. Debe tratarse de un sector productivo viable y en riesgo de no poder sostenerse sin la ayuda estatal. De lo contrario sería una prodigalidad. Entonces, en este caso corresponde que tratar de discernir si se trata de una cosa o de la otra. Porque como reza la canción: una cosa es una cosa, y otra cosa es otra cosa.
Este es un año electoral, entonces es una excelente oportunidad para concretar demandas políticas y económicas. La Cámara de Exportadores lo sabe a la perfección. Existe cierta interna sindical entre los trabajadores. Existen políticos disgustados y empresarios contentos que pueden aprovecharse de la interna sindical. Existen trabajadores con sueldos pero sin ninguna capacidad de ahorro, que dependen de la mensualidad. Existen empresariados voraces y poco creíbles. Existe una entidad como el Inta, imparcial y con bagaje científico. Existen muchas aristas mas en este conflicto, pero lo cierto es que el conflicto debe resolverse de un modo transparente. Si el subsidio reclamado realmente es necesario para evitar pérdidas de empleo, quiebras, y demás males, entonces dicha situación debe transparentarse. Entonces los empresarios de la cámara deberán mostrar la totalidad de sus cuentas para que así quede probado, ante el estado y ante el conjunto de la sociedad. Dicha documentación debe ser analizada por el Inta y por la AFIP. Y dicho análisis de costos debe ser público.
Por un lado, la transparencia es conveniente para la solución del conflicto, dado que tiende a racionalizar la solución en términos democráticos. Por otro lado también es conveniente para Gobierno Provincial, en la medida que tienda a legitimar socialmente su accionar. Es indudable que cuanto mayor sea el grado de conocimiento público de una situación, los intereses de la sociedad son mejor representados. Más o menos así funciona la democracia. Todos lo sabemos.