El Sindicato de la Fruta denunció las penosas condiciones laborales de los arandaneros

El gremialista dijo que, en ocasión de arrimar en una camioneta del gremio a 16 trabajadores a Blueberries, veía fuera del predio de la empresa ubicada en ruta 14 a “gente abandonada, que estaba sentada esperando si iban a darle trabajo o que les paguen para venirse a su casa”. Luego agregó que a mucha gente la dejan a pie en el establecimiento y se tienen que venir a pie por sus propios medios. Además, “no les pagan, les dicen que vengan mañana a la liquidación, van a ver si los pueden ubicar”.
Ayer estuvo en contacto con jornaleros provenientes de Tucumán, llegados para trabajar en el arándano y le preguntaban porqué les pagaban “todo en negro”. Además, “le faltaba $ 200 a uno, $ 150 a otro; para ellos es mucho el dinero que les deben y nos preguntábamos que podíamos hacer porque a los capataces y a los encargados de empresa ya no los veían”.
El gremio no puede intervenir porque Uatre está a cargo de la cobertura sindical. Camejo les recomendó que vayan a ese sindicato. “Pero los atienden por detrás de una reja y les dicen que van a ver, que ya vengo, que esperen y no les dan respuesta. Por eso concurren a nuestro gremio”, explicó.
El prosecretario gremial sostuvo que siente impotencia y que llama diariamente al gobernador Jorge Busti para concretar una audiencia. “Habíamos quedado de que los expedientes cuando salían de las asociaciones sindicales lo tenía el Ministro (de Trabajo) Tomada y el gobernador tenía que darle un llamado nomás para que pasen los arándanos a nuestro gremio pero no es así”, explicó. El diálogo se cortó el día que falleció Salvador Medina, quien estaba a cargo de la secretaría general. “No nos atendió nunca más”, indicó.
En comparación con la actividad arandanera, la citricultura sale favorecida, desde la óptica del dirigente gremial. “Cuando asumimos en el gremio, había un abandono total en los trabajadores pero no tan así”. En ese entonces había diez cooperativas de trabajo, “que es algo similar a esto”, dijo Camejo. Incluso una era regenteada por el mismo sindicato. Pero con el correr del tiempo y el trabajo gremial fueron desapareciendo. “Hoy por hoy nos quedan dos cooperativas, que creo que ahora va a quedar una porque han blanqueado a toda la gente”, señaló.
El secretario gremial dijo que reprochó al encargado del Ministerio de Trabajo a nivel provincial, Carlos Balla, por la falta de inspecciones. Puntualizó que a Blueberries nunca la hicieron una sola visita. Le contestaron que han constatado 1000 trabajadores pero Camejo estimó que la cantidad de cosecheros supera los 8000 en la zona. “Les cuesta mucho porque hay que hacer muchos papeles, o sino hay que contratar gente”, indicó.

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