El miembro informante fue el flamante jefe de la Comisión de Relaciones Exteriores, Carlos Reutemann, quien leyó en su discurso que las papeleras «inevitablemente contaminarán», porque usan tecnología que desde 2007 estará prohibida en Europa.
Pero fue Rodolfo Terragno el que se llevó la atención de todos. «Se nos pide que respondamos a una encuesta —dijo, para referirse al proyecto— en la que debemos decir si nos parece bien que el Ejecutivo apele a La Haya, poder al que le corresponde hacerlo. La respuesta sólo podría ser que sí».
Pero Terragno añadió que la cuestión es bastante más compleja que eso. Que los dos gobiernos se caracterizan por su «inflexibilidad» y que la crisis es cada vez más profunda. Por eso, dijo, «la solución sólo puede ser bilateral y está en manos de los presidentes». Pidió que entre Buenos Aires y Montevideo «debe funcio nar un teléfono rojo» como el que había entre la Casa Blanca y el Kremlin en plena Guerra Fría.
«No engañemos a los habitantes de Gualeguaychú, no les digamos que la solución queda en La Haya». Terragno propuso en cambio un proyecto de tres puntos: instar a que el Gobierno agote las negociaciones diplomáticas; promover la creación de una comisión parlamentaria mixta, y, en caso de fracasar esas vías, autorizar a que el Ejecutivo apele a La Haya.
El otro Menem
También el ex senador Eduardo Menem, en una carta a Daniel Scioli, había pedido explorar el camino de la diplomacia parlamentaria. Lo mismo que el socialista Rubén Giustiniani, pero el jefe del bloque oficialista, Miguel Pichetto, contestó que el PJ «no puede votar nada sin el respaldo» de Kirchner, «quien fija la estrategia de las relaciones internacionales». Y dijo que lo consultará.
El momento de mayor tensión fue el discurso de la puntana Liliana Negre, una experimentada senadora que responde a Adolfo Rodríguez Saá, quien terminó a los gritos con Pichetto y con los ojos enrojecidos de llanto.
Negre criticó con fuerza la política exterior argentina. Dijo que la Cancillería ocultó información. Sacó papeles oficiales en un intento por mostrar que, en el 2003, el Gobierno llegó a un acuerdo con Uruguay en el tema papeleras: en la página 107 de la memoria anual del Estado, puede leerse que «en junio ambos países firmaron un acuerdo bilateral, poniendo fin a la controversia por la instalación de una planta de celulosa en Fray Bentos».
«¡Irresponsable!», le gritó Pichetto desde su banca, fuera de micrófono. Y siguió: «¡Les estás dando letra a los uruguayos…!» «Te van a dar la medalla de oro del Estado uruguayo», insistió.
—¡Basta! He sido agraviada, no lo voy a permitir. Estoy ayudando con estudio y responsabilidad. ¡Es muy fácil no averiguar nada y levantar la mano! ¡Yo no soy una simple levantamanos! —dijo.
Ya al borde del llanto, la senadora Negre presentó una cuestión de privilegio contra Pichetto, en medio de un silencio profundo en el recinto.