Por intermedio de Amaq, su órgano propagandístico, el EI aseguró que uno de sus soldados logró colocar una bomba entre “las multitudes cruzadas en Manchester”. Los jihadistas aseguraron que hubo 30 muertos y 70 heridos, aunque las autoridades británicas hablan de 23 fallecidos –incluyendo al atacante– y 59 heridos. “El ataque es una venganza y una respuesta a los ataques contra musulmanes que tiene como objetivo aterrorizar a los infieles”, señaló el EI en el comunicado, y amenazó con más atentados.
El sospechoso, identificado por la policía, murió al provocar el estallido de la carga explosiva que llevaba consigo en el Manchester Arena. La familia de Abedi vivió en el área de Fallowfield, en el sur de Manchester, durante al menos 10 años, según el diario Daily Telegraph. La policía británica realizó un allanamiento en ese barrio. También detuvo a un joven de 23 años que estaría relacionado con el caso. Un vecino del lugar, Peter Jones, de 53 años, describió la zona como tranquila y segura y explicó que estaba conmocionado al saber que el sospechoso era de su barrio. Según el diario The Guardian, la policía conocía a Abedi.
“Era un chico tan callado, siempre muy respetuoso conmigo”, explicó un miembro de la comunidad libia de Manchester al diario. “Su hermano Ismael es más abierto, pero Salman era muy tranquilo. No parecía en absoluto la persona que fuera a hacer eso”, explicó. El padre de Abedi es conocido en la comunidad y en la actualidad viviría en Trípoli, señalaron fuentes consultadas por The Guardian. Según The Telegraph, Salman tenía dos hermanos y una hermana. La comunidad libia en Manchester, la más numerosa del país, cuenta con 16.000 miembros.