“Los dirigentes valiosos son los que se comprometen con el país por sobre sus intereses personales. Juntos vamos a trabajar por el cambio”, expresó Diego Santilli –vicejefe de gobierno porteño– para darle la bienvenida al macrismo. El senador rionegrino, flanqueado por Santilli y el ministro de Interior, Rogelio Frigerio, devolvió la gentileza con un gesto de fidelidad al oficialismo que ahora representa: consideró un “concepto exagerado” hablar del “efecto Pichetto”. En cambio, Pichetto propuso “hablar del efecto Macri, porque fue una decisión de apertura de parte del Presidente y una gran convocatoria a unir a los argentinos”.
En las mesas, “entre 35 y 40 compañeros” –según contabilizaron a los comensales cerca de Pichetto– escuchaban con atención el ministro de Educación Alejandro Finocchiaro, el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, funcionarios porteños como Fernando Elías (Banco Ciudad) y Maximiliano Corach (hijo del ministro menemista Carlos Corach) y hasta el jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta pasó a “saludar”. La tropa bonaerense la encabezó el ministro de seguridad, Cristian Ritondo junto al jefe de Gabinete Federico Salvai, los ministros Joaquín de la Torre, Santiago López Medrano y Gustavo Ferrari y los intendentes Julio Garro (La Plata) y Martiniano Molina (Quilmes), entre otros.