«La DAIA nunca me apoyó, nunca emitió un comunicado en mi defensa. Yo los había llamado en octubre porque estaba siendo víctima de discriminación y porque necesitaba ayuda psicológica por la situación que vivo, y no hicieron nada. Ahora, como se enteraron de mi pedido de asilo político porque quiero irme del país, me llamó el presidente de la DAIA en Paraná, Eduardo Furman y me dijo ‘estamos cansados de vos’ y que lo mejor era que me vaya de Santa Elena», manifestó un Carlos Furman notablemente afligido e indignado que tomó conocimiento del revés judicial sufrido por el intendente Rossi por medio de los insultos que le propinaron empleados municipales.
“Tengo problemas con la dirigencia, con gente que responde a Rossi y con la policía… ya no soporto más la situación, me quiero ir”, expresó.