Tal como había sido anunciado, a las 0 del martes 31 de marzo se inició una huelga general que se siente con fuerza en las calles. La medida, que en principio había sido anunciada por los gremios del transporte, se extendió a otros sectores con poder paralizante: camioneros, bancos, estaciones de servicio y judiciales, entre otros.
Algunos grupos de izquierda lanzaron un cronograma de cortes en los accesos a la Ciudad de Buenos Aires, lo que genera un impacto aún mayor. A primera hora de la mañana, ex trabajadores de LEAR iniciaron un piquete en Panamericana, a la altura de Henry Ford. A las 6, una columna del Polo Obrero se situó sobre el Puente Pueyrredón.
El reclamo se ve potenciado por la adhesión de la CGT Azopardo, de Hugo Moyano ; la CGT Azul y Blanca, de Luis Barrionuevo; la CTA disidente, de Pablo Micheli; bancarios; los docentes de Udocba y la Federación de Educadores Bonaerenses; Asociación de Trabajadores del Estado (ATE); maquinistas y señaladores ferroviarios.