El Papa llegó a Chile en medio de un importante operativo de seguridad

Tras su llegada al país vecino, una orquesta juvenil interpretó un par de canciones mientras Francisco los escuchaba y sonreía. Luego abordó un automóvil cubierto y se sentó en el lugar del copiloto para detenerse frente a la parroquia San Luis de Beltrán, donde están los restos del obispo Enrique Alvear, en proceso de canonización. Fuera de agenda, el pontífice se reunió unos instantes con pobladores cercanos a la capilla. Posteriormente volvió a subirse a su vehículo y siguió su camino por una de las principales arterias capitalinas hasta llegar a avenida Brasil, cerca del centro, donde abordaría el papamóvil.

A unas horas de su arribo a Santiago, al menos una decena de manifestantes que protestaban contra el abuso sexual de clérigos contra niños se reunieron en un hotel para exigir castigo para los culpables y sus cómplices mientras unas 200 personas de distintas nacionalidades asistían a un seminario sobre el tema para abordar la problemática en sus respectivos países. El caso más mediático en Chile es el del obispo Juan Barros, quien fue nombrado por Francisco en la diócesis de Osorno, 930 kilómetros al sur de la capital, pese a saber que estaba acusado de encubrir a su mentor, el cura Fernando Karadima, el mayor cura pedófilo de la iglesia católica chilena.

"Hemos dado un paso más. Ya no es el tiempo de que el Papa pida perdón por los abusos, sino que es un momento en que tiene que tomar acción. Eso es lo que nosotros le pedimos al Papa, que no sea cobarde", dijo el periodista Juan Carlos Cruz, una de las víctimas de Karadima.

La agenda del viaje del papa establece que el tema prioritario de la visita será la situación de los indígenas y los inmigrantes, aunque en Chile se han dado protestas por los abusos de religiosos que parecieran haber sido tolerados por la jerarquía eclesiástica, por ejemplo, el que aborda el mismo pontífice en una carta fechada en marzo de 2015 en la que Francisco admite que tenía previsto pedir la renuncia a Barros y darle un año sabático.

Durante su viaje, Francisco además deberá enfrentar el conflicto de los mapuches, una comunidad indígena que combatió a los colonos españoles durante tres siglos y que todavía tiene facciones radicales que reclaman la devolución de tierras ancestrales entre otras cosas. Una de las iglesias incendiadas decía defender esta causa.

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