La Secretaría de Lucha contra la Drogadicción y el Narcotráfico dio a conocer en sus últimas estadísticas que hay unos 85.000 consumidores de paco, mientras que un trabajo de la Subsecretaría de Adicciones de Buenos Aires permitió en 2007 establecer una media de 7,5 dosis diarias de paco que compra cada consumidor.
Con el precio promedio de $6 por paco, la magnitud del negocio permite visualizar las razones de su explosiva instalación. Son más de $1.300 millones anuales. Expandido ahora hasta en las clases medias, con puntos de venta fuera de las villas y consumidores de mayor poder de compra, el comercio del paco supera en facturación a los más importantes negocios legales.
No son organizaciones complejas, sino bandas que trabajan en un solo lugar, que se ocupan de todas las etapas del proceso: la obtención de la materia prima, el preparado y la venta.
Los investigadores bonaerenses entienden que pudieron actuar mejor contra el paco con el cambio en el procedimiento penal que les permitió atacar la distribución a pequeña escala con la Justicia provincial. Aquellos que impulsaron la ley de desfederalización de la lucha contra el tráfico de drogas afirman que eso supuso un paso adelante, según informa el diario La Nación.
Al avanzar en la detención de vendedores de paco, la seguridad bonaerense descubrió que esos grupos no tenían relaciones entre sí y que comercializaban su producto por canales paralelos a los de otras drogas.