Se esfuman en la memoria las imágenes de aquella crisis de finales el siglo XX al mismo tiempo se convierte en el núcleo absoluto de vivencias y sensaciones que no pueden o no quieren mirarse en el espejo de esa otra época donde se corrompieron en el interior de una vida social dañada.
Quizá el peso de lo traumático, la oscura ofensa que atraviesa el alma de muchos compatriotas, el deseo de no mirar hacia atrás para no hundirse en la culpa de las complicidades diversas..Es comprensible y justificable que quien ha sufrido un daño en su vida intente borrar ese recuerdo angustioso.
Es cínico e hipócrita que quien haya sido responsable de ese daño se dedique a borrar toda referencia que lo comprometa.
Es doloroso y preocupante que los dañados se dejen convencer por quienes buscan sustraerse a su responsabilidad política,ideológica y económica.
Olvidar, ese parece ser el reflejo inmediato de una parte significativa de la sociedad.
Olvidar una vez mas, para desresponzabilizarse, para proyectar todos los males bien lejos en el mismo instante en que como otros tramos de nuestra historia, buscamos arrojarnos en las supuestas aguas purificadoras del virtuosismo republicano sin siquiera percibir que terminaríamos por precipitarnos en la noche dictatorial o en el vaciamiento de la vida democrática.
Olvidar para despojar a la historia reciente de su papel inequívoco y decisivo a la hora de rescatar a un pais deesmadrado y en pleno default hacia una carrera autodestructiva impulsada entonces por quienes hoy se ofrecen como los salvadores de la patria.
Olvidar para distanciarse de sus propias opacidades, esa zona gris por la que circula la moral "real" de aquellos que se desgarran las vestiduras ante el supuesto vaciamiento de la República mientras que ocultan la expoliación que realizaron y realizan del ahorro de los argentinos regresando a prácticas económicas que sólo beneficiaron a las grandes corporaciones.
Olvidar para limpiar la memoria de todo aquello que incomoda la buena conciencia de quienes nunca acabaron de abandonar esa tradición prejuiciosa colonizadora y que se asume con rasgos sorprendente de alquimia neoliberal y neoprogresismo reaccionario.
Pero no se olvidan de ensañarse con la denominación peyorativa de "populismo, hacia quienes se "atrevieron" a una mayor distribución de la riqueza, ocultando la responsabilidad de las corporaciones económicas representas impúdicamente por los principales funcionarios actuales del gobierno nacional. Su novedad consiste que ahora la administración y gestion de la república ha quedado en manos de verdaeros dueños.(De los poderes fácticos y económicos) .
Algunos pretenden comparar las épocas.
Extraña paradoja de una gran parte de la clase media a incursionar en el ejercicio de la repetición. Fue esa clase media la que enloqueció de pánico, cuando comenzaba el siglo XXI, ante la certeza de la caída en el abismo de la indigencia económica cuando toda la idea de futuro había sido devorada por un presente que se asomaba a lo infausto.
Estoy hablando de esa misma clase media que a partir del 2003 inició una sistemática recuperación y que ahora ciando el tiempo ha hecho su trabajo de limpieza y olvido, critica salvajemente a un gobierno que implementó el giro político económico que le permitió recuperarse de sus terrores y de sus indigencias materiales y "morales" para abrazar ahora la estrategia de quienes volverán a someterla.
Hoy cuando la polvareda de la Historia se entromete entre el pasado aciago y el presente tenebroso, se siente empachada de un olvido reparador a través el cual supuestos eruditos salidos de la Educación Privada, nos inician en cada aparición mediática complice, cual si fuera un Sermón de la Montaña que este es el único camino para salvar a la República de las hordas de la "grasa militante".
El deseo de la repetición de Historia anida en la subjetividad e muchos argentinos.
Una subjetividad que no ha querido, o no ha sabido desprenderse de las impregnaciones que como paÍs venimos arrastrando desde 1810.
Cuando vuelven a triunfar los dominadores de siempre, lo que queda atrapado es la amenaza de repetición. La Historia no miente.Los que mienten son los que mal/interpretan la Historia `para favorecer el discurso dominante.
Quiza nuestro pais está condenado a la cita del Dante, cuando en la Divina Comedia " menciona."..Hay que aprender a caminar por las cornisas del Infierno para poder llegar al Paraiso"..