“A partir de ese momento, pasará una considerable porción de tiempo, quizás semanas o hasta algunos meses, en los que se llamará a consultoría para que se analicen los proyectos presentados, bajo la supervisión del propio Nación. Hasta julio quizás no haya novedades sobre quién será el nuevo dueño de la entidad provincial”, indicó una fuente del sector a Análisis Digital.
La salida para adquisición del Bersa se había postergado en varias ocasiones (la última a comienzos de marzo pasado), porque el Nación no lograba llegar a un acuerdo con el gobierno de Entre Ríos sobre si la entidad continuaría sus funciones de agente financiero provincial. Y es que, con un importante pasivo y una cartera de activos endeble, la entidad no representaba una jugosa oportunidad de compra para el posible adjudicatario. Si, en cambio, mantiene su condición de agente financiero (eso es, manejar las cuentas y pagos de los empleados públicos de la provincia, un negocio que reporta importantes beneficios), los pliegos son mucho más atractivos.
El conflicto, así, se habría solucionado hace dos semanas cuando Miceli y el gobernador Jorge Busti habrían llegado a un acuerdo. Allí, se indicó que el futuro adjudicatario se quedaría con el negocio del pago a empleados, pero que debería negociar un contrato con la provincia para determinar comisiones para la concreción del servicio.
Otro de los puntos que se resolvieron en los últimos meses fue la solvencia patrimonial del banco, que se solucionó por medio de un fuerte aporte $190 M que brindaría, en plazos, la compañía Seguros de Depósitos (Sedesa).
