La actividad citrícola se compone de varios eslabones productivos: en primer lugar, la producción primaria que requiere de personal para tareas tales como la plantación, la poda, la fumigación o el mantenimiento de la quinta; estos trabajadores la mayoría son permanentes (agremiados por UATRE).
En una etapa posterior se encuentra la cosecha de la fruta, (cuyos trabajadores están agremiados por Obreros de la Fruta), que requiere de mucha mano de obra zafral. Este es el sector mayoritario y el 90% de los mismos lo proveen las empresas de servicios, llamadas también cooperativas, en rigor las que ejecutan la flexibilización y el trabajo en negro.
En segundo lugar, se encuentran los empaques. Allí va a parar la fruta destinada a la exportación o al mercado interno. Aquí demandan preferentemente trabajadores de manera transitoria; son las seleccionadoras de la fruta y los embaladores los que cobran relevancia, particularmente en los picos estacionales.
En una recorrida que DIARIOJUNIO realizó por la historia laboral de trabajadores citrícola en nuestra ciudad, intentamos mostrar cómo se fueron consolidando las relaciones laborales en este sector. Formas degradadas de empleo de la mayoría de los 6.000 obreros de la fruta en nuestra ciudad.
Historias de trabajo
Héctor Rivero (47 años), trabaja en las quintas desde los 12 años, en Estancia Grande. Desde hace 20 años estoy trabajando en la empresa Citrícola Ayuí. Nos explica que “un día normal de trabajo, es entrar a las 10,15 hasta las 17,15 de lunes a viernes. Los días sábado la empresa contrata trabajadores de las empresas de servicios; la razón es que si nosotros trabajaríamos, nos tendrían que pagar el 50% más por convenio, en cambio, como no le sirve a la empresa pagar esto, contratan a otros trabajadores a los que les pagan “por tanto”, o sea por lo que recolectan”.
Por esta maniobra que realiza la empresa, los trabajadores efectivos, o sea nosotros, no trabajamos las 48 horas semanales que establece el Convenio colectivo de trabajo.
Rivero explica: “el jornal es $ 62,80 más el aumento a partir de la primera quincena de mayo $ 15,70 (casi $ 80). A cambio de esta remuneración la empresa te exige recolectar 60 capachos de 20 Kg. cada uno, (1.200 Kg.) en el caso de la mandarina; en la naranja 80 capachos. A partir de esa exigencia, te pagan $ 1,30 de “productividad” por cada “capacho” o canasto recolector. También hay que agregar que la empresa te paga “viático” de $ 3,50 por día para comer”. Prosigue diciendo “si vos sacas número, al cosechero le están pagando $0,07 por kilo.
Josefa, (50), con cuatros chicos a cargo, trabaja desde hace dos años en una empresa de servicios, en la tarea de cosechador, nos explica como está hecho el capacho con el que ella trabaja diariamente: “es un canasto que esta hecho por 4 aros del hierro del 8, atravesado por un hierro y afecta tremendamente el cuerpo con el peso de la fruta”. Enseguida nos dice “eso no es nada, tenemos que trabajar también con una escalera que llega a pesar 20 kilos, (el convenio dice que no debe pesar más de 17 kilos) esto para una mujer es tremendo. Lo peor de todo es que muchas mujeres a veces no aguantamos los veinte kilos para llenar los capachos y al volcar menos frutas, los planilleros a veces no te lo anotan y no lo cobras. Para nosotros los que trabajamos en una empresa de servicios, no es igual que el que trabaja en las empresas como Ayuí, nosotros cobramos por tanto, es mentira que nos pagan lo que dice el sindicato. Generalmente yo alcanzo a recolectar 25 a 30 canastos y me pagan $ 1,35 cada uno, a casa llevo $ 40 pesos por día. Usted debe saber que nosotros andamos las mismas horas y los mismos pesos que los hombres, pero cobramos menos de la mitad. Es una vergüenza lo que hacen con nosotras al pagarnos esa miseria. Si nos quejamos nos dicen “es lo que hay””.
Juan Carlos Rodríguez, (canillita, profesor de Ciencias Políticas y trabajador zafrero), explica ante nuestra requisitoria que “la tarea del recolector es un trabajo duro, requiere de resistencia más que nada, es un trabajo que te lleva entre 10 y 12 horas por un jornal de $ 65 pesos. En absoluto hay reciprocidad entre el trabajo y la remuneración. A esto hay que agregarle otra cuestión que no es menor, todas las empresas de servicios tienen la modalidad de liquidar los jornales prácticamente en negro. En una quincena de 11 días trabajados te liquidan 2,5 días con recibo y el resto te dan un sobre con el monto total que te corresponde. Esto perjudica a todos en lo que respecta a las vacaciones, aguinaldo etc. Esto el gremio lo sabe, pero poco se hace”.
Revela que “sería muy interesante que se compare entre lo que gana un exportador y lo que se paga en toda la cadena al trabajador. Si al cosechador le pagan $0,07 por kilo que saca de la planta; lo que le pagan a un clasificador, $ 65 por día y a un embalador que le pagan por caja $1,50, el exportador saca por caja U$S 15, esos mismos tipos te dicen “estos negros no quieren trabajar”, espeta enojado.
Remata diciendo: “Quisiera que las personas que no conocen la tarea del trabajador en las quintas conozcan lo que es un canasto, un bins y una escalera, que son los elementos con que trabajamos y después vean al final cuanta plata se lleva a la casa”.
Susana Griselda, clasificadora contratada por la empresa de servicio, Rousseau R y Sacoman A, nos muestra como es la liquidación del jornal por su tarea realizada en la 1º quincena de marzo 2010: “Trabajé 11 días y me liquidaron por recibo dos días y medio (medio día por reajuste anterior), esto menos los descuentos por ley fue de $ 230,05. Y en un sobre sin membrete, me pusieron el monto que cobro en “negro”. Todos los meses son así. Después a fin de año, todos los trabajadores terminamos quemando gomas frente a los domicilio de los empresarios, porque no nos pagan vacaciones y aguinaldo que nos corresponde”.
El precio que se paga por la fruta
El valor de la caja de exportación, de 12 kilos promedio, se realizó entre los U$S 10 y U$S 12.
En este informe de la Federación del Citrus, al que accedió DIARIOJUNIO, se asegura que las exportaciones de naranjas de Entre Ríos en el 2009 fueron de 70.110 tn a U$S 515 la tonelada.
En tanto, las exportación de mandarinas en el mismo período, fue de 63.905 tn a U$S 697 la tonelada. Hubo un incremento del 28% en volúmenes en mandarina y una merma del 4% en valores y la naranja se mantuvo en relación a las exportaciones del 2008.
El informe prosigue diciendo que los valores que se pagaron por la naranja de exportación hasta agosto, no eran “lo suficientemente remunerativo” debido a los valores ofrecidos por Sudáfrica. Esta situación, sigue sosteniendo el informe, se revirtió posteriormente, registrándose envíos superiores entre septiembre y noviembre.
La fruta industrializada
Se estima que el año pasado la fruta procesada en las fábricas de la provincia alcanzó las 116.235 tn. Esto representó un 7% más que el año anterior. La mayor parte fue naranjas (63%) seguida por la mandarina (32%)
Repartir mejor
Las retículas del poder en una sociedad son muy complejas. No es correcto decir que el poder lo tienen solo los que gobiernan. Ellos tienen responsabilidad de gobernar, pero también existen otras personas que son tan responsables como los mismos gobernantes a la hora de redistribuir la riqueza: entre ellos los empresarios.
Lo que mostramos en este informe al menos, es decir, el ingreso del trabajador y el retorno del empresario, da cuenta de groseras asimetrías que van en detrimento de los trabajadores menos capacitados, de sus familias, de las obras sociales desfinanciadas que terminan no prestando ningún servicio, de las cajas de jubilaciones a las que se aporta poco y nada para abaratar costos y, en definitiva al Estado, es decir a todos, que tiene que socorrer a ese obrero que, pese a trabajar y hacerlo duramente, no le alcanza para vivir dignamente.
