Mucha gente, consustanciada con el derecho de los animales, llamó a la ONG al observar lo que sucedía en un comercio ubicado en el ingreso al hipermercado. Froy concurrió con Marcelo Cortiana, guardafaunas y representante de Recursos Naturales de la provincia, quien se comunicó con las responsables de Medio Ambiente y Saneamiento Ambiental del municipio. Ambas decidieron darle intervención a Inspección General desde donde se envió un inspector para labrar un acta.
Froy se preguntó “hasta donde piensa avanzar el ser humano en su afán mercantilista” teniendo en cuenta los posible perjuicios al organismo de los animales pintados. Aunque los propietarios de la tienda aseguraron que se trata de una pintura ecológica que no causa daños y que transcurrido un año vuelven a tener su pelo de color natural. “Puede ser pero ya la acción de tomar un animal y cambiarle las características está mal”, indicó.
Además dijo que la lógica de cualquier niño, al ver los conejos teñidos, iba a ser querer tenerlos. Los padres, para satisfacer el ansia de sus hijos, los compran y terminan favoreciendo un mercado que “no es ético” y, a priori, con “situaciones legales que están siendo contravenidas”.
En ese sentido, destacó que hay una resolución en la provincia que establece que se debe proteger el ambiente del animal para evitarle situaciones de estrés. Pero, de noche, el conejo al observar que su piel brilla le va a “causar inconvenientes que lo van a estresar”.
Además, el tinte puede ser absorbido a través de la piel o ingerido cuando los animales se limpian a sí mismos.
De la misma forma, Froy recordó una encíclica del Papa Francisco que menciona la importancia del cuidado de los animales debido a las especies que van desapareciendo de la faz de la tierra.