Afirmando esto recordó que “No se pueden hacer nuevamente “alianzas de dirigentes”, y con meras especulaciones electoralistas, porque en ese sentido la experiencia no fue buena en el radicalismo de Entre Ríos, recordando lo que se había dado en otros momentos con Eduardo Ferreira, Federico Soñéz, Mónica Torres, y más recientemente con la Diputada Lucy Grimalt.
Dejó en claro que si las alianzas no son institucionales y programáticas, no sirven a la democracia, y solo permiten que algún dirigente acceda a alguna banca a la que de otra manera no llegaría nunca. De todos modos, en la UCR una alianza solo tendría viabilidad si el Congrego Partidario lo autoriza, y en ese caso, la autorización no solo debe ser expresa, sino también muy bien acotada.