“En la comisión de Obras y Servicios Públicos no ha ingresado ningún tema que tenga que ver con la organización interna del Mercado de Pulgas. No hay un expediente determinado donde se esté volcado la problemática organizativa”, expresó el edil. En cambio, sostuvo que han recibido la preocupación de distintos sectores, principalmente del comercio, por la situación de precariedad que existe en ese lugar y por la competencia desleal respecto del comercio legalmente establecido.
Los vendedores ambulantes cada vez más invaden veredas, cuneta y las calles Quintana, Buenos Aires y Entre Ríos. “Se hizo una minuta de comunicación que ya fue contestada por la gente de inspección de la municipalidad y la concejal Gloria Warner insistió con el pedido buscando que de alguna forma se evite el desplazamiento de nuevos vendedores”, señaló Giampaolo.
El titular del bloque también sostuvo que hay que entender la situación de muchas familias que tienen como único sustento esa única actividad. “El sentido común hace que no podamos de un plumazo y de un día para el otro quitar esa actividad”, indicó el edil.
La situación legal de los vendedores establecidos en forma fija en la calle no es contemplada por ninguna ordenanza. El régimen que los encuadra permite que trabajen en tanto se movilicen por la ciudad. “Esta gente se inicia como ambulante, después va poniendo una sillita, un banquito y cada vez va estableciéndose más. Obviamente que no están dentro de la normativa tal como debería ser aplicada”, indicó el titular del bloque.
“Lo ideal sería que estén en un lugar fijo, inscriptos y con una actividad legalmente establecida”, indicó Giampaolo. El problema es que no hay un lugar físico para alojarlos cercano a la peatonal. De por sí está descartada la ex estación Concordia Norte, donde funcionó brevemente un mercado similar pero fue rápidamente abandonado por los vendedores por la falta de público.
Además, el edil aseguró que el municipio trabaja todos los días para evitar que se multipliquen los puestos de ventas de pollos, choripanes en la vía pública de otros lugares de la ciudad. “Pero es una realidad que aquellos que pierden su trabajo encuentran en esto una vía rápida laboral”, indicó.
Una esquina complicada
Por ahora, en el Concejo sólo analizan una faceta del Mercado, la instalación de vendedores en la calle que obstaculizan el tránsito de los colectivos que doblan en esa esquina. “Han proliferado muchísimo los vendedores ambulantes”, acotó el edil. Junto a la Dirección de Tránsito y la Cámara de Transporte de Pasajeros se estudia la posibilidad de cambiar los recorridos para que los colectivos doblen antes de llegar a Quintana.
“También estaba la posibilidad de que se invierta el sentido de circulación de algunas líneas”, señaló el edil. En la actualidad, todas las líneas ingresan al radio céntrico por Urquiza, doblan en Salta y siguen por Pellegrini. “O sea ingresan por el lado este de la ciudad y se retiran por arterias del lado oeste”, explicó. La intención es modificar los recorridos de modo que la mitad de las líneas ingresen por el este y se retiren por el oeste y las otras cinco hagan lo mismo pero a la inversa.
¿Qué pasa si produce un accidente en ese lugar? ¿De quien es la responsabilidad? ¿Del conductor? ¿Del vendedor que está sobre la calle? ¿De la municipalidad que no controla o lo hace en forma deficiente? “Puede llegar a haber un espectro bastante amplio de responsabilidades. Todo tiene que ver con todo”, respondió el edil.
El edil dijo que los vendedores saben que están en una situación anómala pero se resisten a irse. “El municipio, con la colaboración de la policía, ha intentado y ha llevado a cabo varios desalojos. Te diría que es casi una lucha diaria la que hay”, expresó.
“Se coloca un nuevo vendedor, se lo saca. He visto al secretario de Gobierno a altas horas de la tarde peleando con un nuevo asentamiento de un vendedor. En algunos casos se logran establecer; en otros no”, indicó el edil.