En la tabla de 65 países que divulgó el Fondo entre mercados desarrollados y emergentes, se desprende claramente que el argumento de los "shocks externos" para explicar la recesión de la economía argentina es sólo un relato. Ningún otro país, ni emergente ni desarrollado, sufre semejante golpe en su actividad. Es más, todos tendrán un 2018 con crecimiento y en la mayoría de los casos será incluso mayor al pronóstico que había efectuado el propio FMI hace seis meses.
Ni siquiera Turquía dejará de crecer este año. Esto a pesar del fuerte golpe que sufrió en agosto y que terminó impactando en otros mercados como le pasó a los activos argentinos. La economía turca terminará el año creciendo 3,5%, aunque es casi un punto menos de lo que el FMI había estimado anteriormente.
El impacto por la salida de capitales emergentes a mercados desarrollados -en especial a Estados Unidos por la suba de las tasas de interés- no tuvo, evidentemente, el mismo impacto en todos lados. O, puesto de otra manera, los inversores supieron diferenciar entre las distintas economías. Así, mientras que la Argentina pasó de crecer a un ritmo de casi 4% en el primer trimestre del año a una caída que superará el 2,5%, al tiempo que proyecta la prolongación de la recesión, ya que en 2019 caería otro 1,6%.