El mayor atentado terrorista en la Argentina

Los lugares bombardeados en la ciudad de Buenos Aires fuéron, además de la Plaza de Mayo, los siguientes lugares de la Ciudad de Buenos Aires: la Catedral Metropolitana, la Fundación Eva Perón (hoy, la actual Facultad de Ingeniería), la Residencia Presidencial en Austria y Aguero (donde hoy se encuentra la Biblioteca Nacional), la Confederación General del Trabajo en Paseo Colón y Azopardo, Radio Nacional y Canal 7 en el Ministerio de Obras Pública en Avenida 9 de Julio y Avenida Belgrano, el Departamento Central de Policía en Avenida Belgrano y Luis Saenz Peña, el Barrio de San Cristóbal en Pichincha y Garay, el Gasómetro de San Martín de Avenida Constituyentes y Avenida General Paz y los barrios de Liniers, Mataderos, Villa Madero y La Tablada. En cambio la Avenida de Mayo a lo largo de toda su extensión fue ameralladas en numerosas ocasiones desde Plaza Congreso hasta su cruce con la calle Piedras (ese fue el sentido de vuelo que fue practicado por los aviones atacantes que ametrallaban permanentemente a los transeuntes de dicha arteria).

Las víctimas podrían haber sido muchísimas más de no ser porque solo el 50% de las bombas arrojadas llegaron a explotar. Tampoco explotaron las lanzadas sobre el Gasómetro de Avenida Constituyentes y la General Paz (cuya explosión hubiera arrasado una parte considerable del Partido de San Martín) aunque al caer las mismas sobre un par de viviendas aledañas, al producir su derrumbe parcial, provocaron una docena de víctimas entre muertos y heridos.

Semejante masacre fue producto del odio gorila contra el peronismo. Entre los civiles involucrados en el mayor atentado terrorista de la Argentina se encontraban Miguel Angel Zavala Ortiz de la UCR (que huyó en un avion al Uruguay y posteriormente sería designado por el presidente radical Illia como su Ministro de Relaciones Exteriores), Américo Ghioldi del Partido Socialista, Mariano Grondona, jefe de los comandos civiles de la Acción Católica de la Facultad de Derecho y Adolfo Vicchi del Partido Conservador, entre otros muchos.

Entre los militares golpistas se encontraban los jóvenes oficiales de Ejército y Marina, Guillermo Suárez Mason, Eduardo Massera, Osvaldo Cacciatore , Horacio Mayorga y Oscar Montes, futuros genocidas de la dictadura cívico-militar de 1976. Todos los aviadores de la Marina y la Fuerza Aérea se fugaron al Uruguay donde el gobierno colorado de Luis Battle Berres los refugió. Después del triunfo de la Revolución fusiladora del 16 de septiembre de 1955, los prófugos fueron recibidos en Buenos Aires como héroes por el gorilismo victorioso.

PARA LA CORPORACIÓN JUDICIAL EL BOMBARDEO CONTRA LA CIUDAD DE BUENOS AIRES NO ES UN CRIMEN DE LESA HUMANIDAD. LOS 2.400 MUERTOS Y HERIDOS SON SOLO DAÑOS COLATERALES

En febrero de 2008, el mediático y conocido públicamente en los estrados judiciales por su feroz y militante antiperonismo y antikirchnerismo, el juez federal Claudio Bonadío – cuando los sobrevivientes y familiares directos de los fallecidos presentaron ante la justicia una causa  del bombardeo caratulándola como crimen de lesa humanidad – rechazó de inmediato la misma, pues proclamó que el bombardeo efectuado sobre toda la Ciudad de Buenos Aires no había sido un asesinato en masa por parte del Estado, sino un emprendimiento “particular” de “algunos” militares y civiles de intentar realizar un magnicidio ( el asesinato de Perón) que tampoco tuvo éxito. 

Los 2.400 muertos y heridos producidos por el bombardeo sobre la Ciudad de Buenos Aires (no solamente contra la Casa de Gobierno y la Plaza de Mayo) causó muchas más victimas que el horrendo crimen de guerra de los nazis al bombardear Guernika, la ciudad sagrada de los vascos de Euskal Herria y que la masacre sufrida por el pueblo y nación vasca por el nazi-fascismo-franquismo fuera inmortalizada por el célebre pintor Pablo Picasso.

Pero pocos meses, en agosto de 2008, la Cámara Federal de la Ciudad de Buenos Aires presidida por el juez federal Eduardo Freiler rechazó semejante canallada en formato de fallo del fallo del juez Bonadío y calificó el hecho como delito de lesa humanidad.

Y de inmediato ordenó al juez Rodolfo Canicoba Corral proceder a la investigación del mismo para establecer las responsabilidades y condenas que correspondan.

Rodolfo Canicota del Corral, otro reconocido juez antiperonista tomó la causa y en el mismo sentido que su camarada judicial Bonadío, en diciembre del 2008 declaró que el bombardeo fue un simple intento de matar a un presidente que encima no tuvo éxito. 

No solo entre bueyes corporativos no hay cornadas. Una vez más queda demostrada que la corporación monárquica judicial argentina, debe ser democratizada y debe renovarse de manera total el plantel de gliptodontes históricos que la componen, todos tributarios de una doctrina absolutamente reaccionaria y conservadora. Al fín de cuentas la historia argentina permanentemente nos demuestra de manera práctica que el orden legal vigente y la justicia que lo aplica siempre ha sido "el orden legal y la justicia" de las clases dominantes, de los latifundistas, de los propietarios de las grandes corporaciones empresarias y mediáticas. Jamás la del ciudadano argentino de a pié. 

 

RECONOCIMIENTO OFICIAL DEL ESTADO ARGENTINO

Recién 53 años después del mayor atentado terrorista que sufrió nuestra Patria, un gobierno nacional argentino reconoció de manera oficial la masacre popular. Fue el 16 de junio de 2008 y lo hizo la Presidenta de la Nación Argentina Cristina Fernández de Kirchner en el marco del 53° aniversario de la masacre en la propia Casa Rosada.

Inmediatamente a continuación, la Presidenta de la Nación Cristina Fernández de Kirchner envió un proyecto de ley al Congreso Nacional para incluir en los beneficios establecidos en las leyes de reparación vigentes (leyes 24.043 y 24.441) a las víctimas sobrevivientes y a los familiares de las víctimas del genocidio olvidado que fue aprobado en la Cámara de Diputados y la Cámara de Senadores tras lo cual fue promulgado por el Poder Ejecutivo la correspondiente ley reparatoria.

 

Nota: 

La mayoría de los estudios históricos argentinos reduce la cantidad de muertos ocurridos a raíz del bombardeo. Siendo el estudio que menos cifra la cantidad de muertos en el número de 350 fallecidos En el mismo sentido respecto a los heridos, el estudio que menos cifra la cantidad de heridos lo reduce al de 700 personas.

En cambio, el documento desclasificado de la embajada fue realizado llevando el conteo del fallecimiento posterior de los heridos mas graves a través de los obituarios y necrológicas de los principales diarios de la época y sus informantes y el de los heridos – más allá de los deficientes registros de ingresos de heridos a los hospitales por la situación sorpresiva de catástrofe masiva – por los informantes que tenían plantados en los principales nosocomios porteños. 

En la misma perpectiva en la cantidad de muertos y heridos del informe estadounidense desclasificado, el documental "Maten a Perón" realizado en el año 2005 por Fernando Musante y Leonardo "Cacho" Nápoli y la charla del ahora embajador argentino ante la Santa Sede, Alberto "Beto" Valdez con los productores del documental Milcíades Peña. Lorena Pokoik y Leonardo "Cacho" Nápoli mantenida en su programa "Café las Palabras" emitido el 15 de junio de 2012 por el Canal 26. (YouTube: http://www.youtube.com/watch?v=jH-MzyU-VuA)

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