Hace “dos o tres meses” que se despertó el olor que sube desde las bocas de tormenta y “cada vez es más intenso”, indicó el vecino. El vecino aseguró que su barrio está cerca del centro pero eso no hace ninguna diferencia. “Estamos a 10 cuadras del centro, a 12 de la municipalidad, y no nos ven”, manifestó.
Hace 12 años que vive en ese lugar e indicó que el olor a cloacas siempre debió soportar. “En algunas épocas más intensas que en otras”, señaló. Hay quienes dicen que cuando alguien vive cerca de un lugar donde se despide mal olor, como un basural, a la larga se acostumbra. Eduardo no cree en esa teoría. “¿Qué te vas a acostumbrar? Cuando venís en auto y te bajás en Rivadavia, tenés el olor a mierda; venís por Catamarca y a dos cuadras ya sentís el olor a mierda. Salís a la calle y te molesta, por eso tengo las ventanas cerradas permanentemente”.
Entre los vecinos hay una creencia generalizada respecto de la existencia de una especie de válvula compensadora en la red cloacal ubicada debajo del asfalto de calle Rivadavia o la Rioja, cerca del brazo del arroyo. El funcionamiento de la misma es muy simple. “Cuando las cloacas rebalsan, van al arroyo”, indicó Eduardo.
Pero además, Eduardo asegura que hay vecinos que tienen sus desagües cloacales conectados directamente al brazo entubado que luego desagua en el curso de agua, en cuya desembocadura se construyó un parque, cerca de la costanera, donde muchas personas caminan o se ejercitan los días de semana y familias enteras se reúnen los fines de semana a tomar mate.
“También sabemos que muchos vecinos que tenían las cloacas de desagote hacia el arroyo, Obras Sanitarias no se encargó de hacer la supervisión para que no sigan desagotando cloacas en el arroyo”, señaló. Eduardo manifestó sus dudas respecto de la posibilidad de que haya más conexiones clandestinas cerca de la desembocadura. “Sería de acá para atrás, porque de acá para el río no sabemos. De acá para atrás seguro”, señaló. Por ello, reclamó a las autoridades que obliguen a conectarse a las cloacas. “Como me exigieron a mí y a mis vecinos”, dijo.
El otro padecimiento se manifiesta cuando llueve. Hace exactamente 15 días se produjo una caída torrencial de agua. Eduardo se inundó con agua de lluvia debido a que “las bocas de tormenta no rinden”. “Seguro que eso está lleno de tierra y se produce lagunas de cloacas, de mierda”. Una de las bocas de tormenta ubicada en Corrientes y Damián P. Garat está completamente tapada de tierra y hasta hay pedazos de baldosas en su interior. “Está así desde que la construyeron. Tiene un caño de 20 o 25 milímetros. La rejilla no se puede sacar porque está soldada entonces no se puede limpiar”, añadió. Además, Eduardo limpia el ingreso de agua ubicado en la cuneta de la vereda sobre su casa. “Lo hago yo cada tanto porque no viene nadie a limpiarla”, indicó.
DIARIOJUNIO intentó consultar al titular operativo del Ente Descentralizado de Obras Sanitarias, Alejandro Bessone, y al titular de Obras y Servicios Públicos de la municipalidad, Luis Benedetto, pero no hubo respuesta a ninguna de las llamadas efectuadas.