LOS DATOS DE LAS NACIONES UNIDAS SOBRE ARGENTINA
El informe de la ONU que reprodujo el periodista Julián Guarino, señala dos tipos de inseguridades alimentarias : moderada y grave. La “grave”, implica que las personas que afrontan una inseguridad alimentaria grave, presentan una alta probabilidad de haberse quedado sin alimentos, haber experimentado hambre y, en las situaciones más extremas, haber pasado varios días sin comer, lo cual pone su salud y bienestar en grave riesgo.
En tanto, una inseguridad alimentaria “moderada” son aquellas que afrontan “incertidumbres sobre su capacidad para obtener alimentos y se han visto obligadas a reducir, en ocasiones durante el año, la calidad o la cantidad de alimentos que consumen debido a la falta de dinero u otros recursos”.
Aclarado esto, el mencionado informe remata señalando que el aumento en la prevalencia y el número de personas que padecen inseguridad alimentaria en la Argentina se encuentra entre los más altos a nivel mundial, según la ONU.
La FAO indica que en América Latina y el Caribe, “las tasas de subalimentación han aumentado en los últimos años, en gran parte como consecuencia de la situación en América del Sur, donde el porcentaje de personas con hambre aumentó del 4,6% en 2013 al 5,5% en 2018”.
Casualmente el momento en que, en varios de estos países los gobiernos despectivamente llamados populistas, fueron perdiendo espacio social como el caso de Argentina o sufrieron “golpes blandos” como en Brasil, cuyos gobiernos (Lula y Dilma), habían logrado sacar de la pobreza a 40 millones de personas, justo en el país calificado como uno de los más injustos del mundo.
Hoy los pueblos de estos y otros países de la región sufren las consecuencias.
RESULTADOS DE DOS PROYECTOS ANTAGONICOS
El neo-liberalismo es el proyecto que encarnan aquellos que, como Mauricio Macri, suelen llevar a los países a la ruina. Argentina es el ejemplo más claro de que esto es así, sobretodo luego que tuvimos la posibilidad de confrontar con el otro proyecto de país, llamado despectivamente “populismo”.
Lo mismo que hizo Macri ahora, lo hicieron Menem y De la Rua antes y antes que eso, los Martínez de Hoz en tiempos de la dictadura militar. Los objetivos del neoliberalismo o del neo-conservadurismo, es, antes que nada, destrozar cualquier tipo de organización que sea capaz de representar una oposición con capacidad de ser alternativa de gobierno.
En tiempos de la dictadura militar, eso se lograba a sangre y fuego. Eran los tiempos en que la sociedad se conformaba con estigmatizar a las víctimas del terrorismo de Estado : “algo habrá hecho” ; en tiempos de Menem el neoliberalismo y/o neoconservadurismo apuntó todo su poder a prostituir la política, a envilecerla de un modo tan brutal que luchar por honestidad y transparencia parecía un objetivo de máxima. Así llegó De la Rua que, lejos de salirse del proyecto neo-liberal del menemismo lo profundizó en lo ideológico y en las prácticas corruptas como el caso de la Banelco.
En tanto, para destrozar socialemente a los gobiernos "populistas" como los de Lula, Kirchner, Correa, etc. utilizaron a los medios de comunicación y a la justicia para acusarlos y estigmatizarlos por los peores hechos de corrupción, hasta ahora NO PROBADOS, pese al tiempo transcurrido.
Así, las políticas de todos estos gobiernos neo-liberales y/o neo-conservadores tuvieron una característica que los identifica : tanto la dictadura militar como el menemismo y delarruismo, terminaron con una deuda externa impagable ; pobreza extrema ; desocupación a niveles alarmantes y una descomposición social que es la contracara de “la patria es el otro”.
En la Argentina y en varios países de América Latina, los Lula, los Kirchner, los Correa, los Evo, los Chaves, vinieron a arruinarle los planes al neoliberalismo porque por primera vez pudieron demostrarle a sus pueblos que ERA POSIBLE gobernar para incluir, generar trabajo, bienestar social y sobretodo, demostraron que, para lograr esos objetivos, debían desendeudarse.
Todo eso además pudo lograrse porque esos procesos políticos se dieron casi en simultáneo, de modo que nació una comunión entre las naciones de esta parte del continente que nos ayudábamos unas a otras, aumentábamos nuestro comercio, aportábamos a los pueblos vecinos lo que a nosotros nos sobraba y recibíamos de ellos los que nos faltaba. El resultado quedó a la vista.
El Brasíl de Lula sacó a 40 millones de personas de la pobreza; Argentina gobernada por los K alcanzó la mayor movilidad social, quedando con la clase media más grande de la región ; Evo logró el milagro boliviano al nacionalizar sus recursos naturales, lograr más recursos para su país y mejorarle la calidad de vida a su pueblo y así, en todas, el trabajo y el consumo eran los aspectos sobresalientes.
VOLVER A PRIVILEGIAR LA MESA DE LOS ARGENTINOS
El y los macristas comezaron a dar manotazos de ahogado con el fin de ir aprontando a una parte de la sociedad para que los acompañe y los defienda de las eventuales políticas de un próximo gobierno kirchnerista que seguramente desdolarizará la economía permitiendo que compremos alimentos a precios argentinos, para lo cual y como ya lo hizo Cristina, desacoplar el precio de exportación con el mercado interno.
En otras palabras, la “mesa de los argentinos” es eso, dejar en el país el trigo suficiente para que cuando vayamos a comprar pan, fideos y derivados, no tengamos que dejar nuestros sueldos ; o que la carne no sea un alimento de lujo como los lacteos. En fin, que los artículos de primera necesidad estén al alcance de todos de modo que, en el país que produce alimentos para 400 millones de personas, no haya nadie que pase hambre como ahora con el neoliberalismo.
Ese grupo de exportadores que privilegian el negocio personal al hambre de los compatriotas lo querrán tener de socio y que Ud. que no tiene ni una maceta salga a colocar un cartel en su auto que diga “Yo soy el campo”, patético, pero cierto.
Lo mismo harán las empresas vinculadas al gas, el petróleo y la energía que nos harán creer que no invierten culpa que el gobierno les tiene congelados los precios. Macri les liberó los precios, las facturas resultan impagables y no hicieron ninguna inversión significativa. Pero Ud fue socio de ellos cuando vociferaba que la yegua se robaba todo y tenía las tarifas baratas.
De allí que, lo que viene es el contrato social donde nosotros y el gobierno vamos a tener que ponernos de acuerdo en cosas mínimas y, como en el caso de aquellos a los que les gusta el durazno que se bancan la pelusa, si firmamos ese pacto, deberemos respetarlo y salir a defender al gobierno que nos favorecerá con esas medidas, cerrarles el camino a quienes con mentiras y denuncias infundadas de corrupción lograron hacerse de un gobierno para terminar con las pocas conquistas sociales que habíamos logrado los pueblos de la región.
Ahora es hora de recuperar lo perdido y comprometernos a no permitir que nos vuelvan a robar esperanzas.