Dos casos policiales de similares características conmocionaron a Concordia en las últimas semanas. En ambos hechos de sangre se utilizó un cuchillo pequeño de cocina, con el cual se apuñaló y se cortó en el cuello a las respectivas víctimas. Uno de ellos terminó con una persona asesinada, el otro tuvo un final distinto y el hombre atacado se recupera lentamente, luego de estar gravemente herido.
A esto se suma que los dos sucedieron en horas de la noche y que los escenarios están separados por unos pocos metros, en el límite oeste del barrio de La Bianca.
Pero no serían éstas las únicas comparaciones que permiten vincular estos dos hechos de sangre. Debido a que, aunque las fuentes investigativas no lo confirmen oficialmente, habría elementos en danza que no descartan una motivación similar, independientemente de los actores involucrados, que en matería de autores no son los mismos, según confirmó la propia policía.
En el caso del remisero de la empresa “Malvinas Argentinas”, la información se limitó a narrar el terrible momento que le tocó atravesar a un trabajador del volante que fue abordado por tres menores, de entre 13 y 15 años, quienes lo atacaron y le cortaron el cuello de manera feroz e injustificada.
Pero poco se avanzó (desde los medios) en dilucidar si existía algún vínculo entre los implicados, y qué fue lo que sucedió dentro del automóvil, antes que se desencadenara el incidente. Tanto durante esa noche, como en los supuestos encuentros previos que ya habrían mantenido.
En el caso del locutor también estaría confirmado el ingrediente de un encuentro amistoso que se transformó en trágico. Es mas, para cuando esta nota sea leída, probablemente ya no sea noticia el hallazgo de semen en el cuerpo del trabajador radial y la búsqueda de una persona menuda, de contextura pequeña, con muy poca fuerza. Características que no le habrían permitido hacer incisiones profundas en la espalda del locutor, pero sí cortar una arteria vital de su garganta.
Muchos de estos aspectos hacen a la esfera íntima de cada persona involucrada, (tanto víctimas como victimarios), y estos límites deben ser respetados, pero sin olvidar la necesidad de esclarecer los hechos, sin dejar terreno para los grises.
A mayor velocidad que los resultados de la investigación, distintas voces intentaron instalar dos versiones con el propósito que fueran irrefutables o que, en el mejor de los casos, cubrieran de dudas el trabajo pericial. Si bien, ambas versiones partían de elementos probados, las intencionalidades no necesariamente iban de mano de la verdad.
Una de estas maniobras consistió en sembrar la hipótesis del asesinato de un “periodista”, al que justamente le habían levantado un programa de información municipal. Levantamiento atribuido al gobierno provincial, luego que discutieran al aire el intendente de la ciudad de Concordia y el Ministro de Gobierno en uso de licencia.
Los ingredientes de esta receta constituían una tentación para guisar un artículo que refuerce los continuos ataques que debe soportar la prensa entrerriana y que se han intensificado en los últimos meses, pero sería desconocer que, en realidad, la persona fallecida estaba alejada del periodismo comprometido y se lo reconocía fundamentalmente como un excelente vendedor de publicidad.
El otro telón fue desplegado desde sectores vinculados al gobierno provincial, sintetizado en las declaraciones del locutor Ángel Cardozo, quien afirmó que los allegados de la víctima, por el “entorno complicado” que lo rodeaba, “de alguna manera es como que esperaban que ocurriera una cosa así”. Casi que el desenlace era una cuestión de tiempo.
A diferencias de una lista interminable de hechos policiales -tan cruentos como el del locutor-, el gobierno de la provincia de Entre Ríos movilizó esta vez a lo mas destacado de la fuerza policial, para que se abocara con exclusividad a investigar el homicidio.
Es evidente que en un marco de campaña electoral el oficialismo no tiene ningún interés en que un asesinato sea utilizado para que se lo roce, aunque sea en lo más mínimo.
Lo cual sucede porque hay una opinión pública que esta inmejorablemente dispuesta a creer verosímil este tipo de acciones, por ejemplo, como que una persona puede morir en esta provincia porque molesta a sectores determinados de poder, sean estos económicos o políticos.
Es probable que en las próximas horas se conozcan datos fehacientes sobre la marcha de la investigación. Pero esos elementos deberán ser contundentes. Lo suficiente como para desanimar a aquellos que no tiene empacho en tirarse un cadáver como si fuera una chicana proselitista mas.