Marcelo Néstor Fischer estuvo privado de su libertad durante 255 días, entre el 5 de diciembre de 1975 y el 10 de septiembre de 1976, sin que se le iniciara un proceso. Supo que se le atribuyeron cargos por boicotear a los gremios de Concordia y sabotear la construcción de la represa de Salto Grande, pero nunca fue acusado formalmente. Según señala Pagina Judicial, El 29 de diciembre de 1983, 19 días después de la restauración de la democracia, Fischer presentó un escrito ante el Juzgado de Instrucción de Concordia, a cargo de Oscar Satalía Méndez, denunciando haber sido víctima de amenazas, privación ilegítima de libertad, apremios ilegales y robo. En las cuatro páginas de que consta la presentación, el dirigente del Centro de Empleados de Comercio realiza un detallado relato de las situaciones que denunciaba y cita testigos de cada una de ellas.
Esa causa durmió durante años, Las leyes de Indulto, Obediencia debida y Punto Final, se quedaron con cualquier esperanza de justicia.
El 4 de marzo de 2009, un notificador de la Policía Federal golpeó la puerta de su casa de La Bianca, y dejó allí un oficio del Juzgado Federal de Paraná donde se le notificaba que debía presentarse en tribunales el 12 de mayo “a los efectos de que exprese formalmente si es su intención iniciar formal denuncia”.
Se trataba de la investigación iniciada por la jueza federal ad hoc Myriam Stella Galizzi tras la anulación las leyes de obediencia debida y punto final. En realidad, la magistrada había hecho lugar a un pedido del fiscal general Ricardo Álvarez para el desarchivo de las causas “que tramitaran por artículo 10 Ley 23.049”, como decía el expediente.
No era la primera vez que la Justicia se ocupaba de su caso. Pero Marcelo Fischer no concurrió al Juzgado Federal de Paraná. Había fallecido el 20 de marzo de 2007.
En su lugar fue Mónica Pérez, viuda de Fischer, quien concurrió al Juzgado.
En diálogo con DIARIOJUNIO, el abogado particular de uno de los testigos citados esta mañana, adelantó que “hay más testigos por llamar” y que las declaraciones de los testigos salpican a antiguos dirigentes gremiales de la CGT de Concordia, algunos de los cuales continuaron ocupando espacios de poder durante la democracia.