El funcionario municipal explicó que hay una ordenanza que establece que no se puede permitir el ingreso de menores a ningún establecimiento que venda alcohol. En caso de franquear el acceso a los adolescentes, se debe restringir la venta de bebidas alcohólicas en el interior.
La ordenanza estipula que el comercio sorprendido infringiendo la normativa mencionada se le labra una multa. En caso que sea reincidente, se lo clausura por 15 días. Si se constata una nueva violación a la ordenanza, el cierre es de 30 días. Y la clausura definitiva, con la pérdida del permiso municipal, sobreviene a la cuarta acta.
Gabioud descartó que el acta se deba a la venta de alcohol a menores. En cambio, no informó sobre los detalles del acta levantada el sábado por Inspección General. DIARIOJUNIO intentó contactarse con Miriam Acosta, encargada de la repartición, pero indicó esta mañana que estaba muy ocupada.
El juez de faltas indicó que está evaluando los antecedentes del boliche para tomar una decisión. En caso de clausurarse, sería, al menos, la tercera vez. Sephia ya fue cerrado en anteriores oportunidades. Entre otros motivos, por cuestiones atinentes a la habilitación comercial extendida por la municipalidad, y por ruidos molestos. La primera fue en enero de 2005, y los propietarios de Sephia rompieron las fajas de clausura; la segunda aconteció un mes después.
Las quejas acerca de una supuesta prerrogativa partieron de otros comerciantes que han sufrido clausuras por diversas infracciones relacionadas con la venta de alcohol. El primer fin de semana de marzo, las autoridades municipales cerraron un kiosco ubicado en la intersección de calles Mitre y Bolivia, el pool “La Fonola” de Alberdi y Urquiza y un almacén de 1º de Mayo y Colón. Los motivos fueron la venta de bebidas alcohólicas en lugares no habilitados a tales efectos, con el agravante que se vendieron a menores.