Además de aparecer como un “chiquero”, la justicia de Feliciano ofrece otras perlitas. Un dato que quizá podría explicar el poco interés por impartir justicia en esa ciudad, es lo que el testigo y ex fiscal Néstor Castría calificó “respetuosamente” como “un supermercado”, en el sentido que un mismo juez (en este caso Artero), debe atender (junto a un secretario y tres empleados) los juzgados Civil y Comercial ; de Trabajo ; de Instrucción etc.
Castría (ex fiscal de Feliciano) fue quien cerró la ronda de testimonios con una posición que ni salvaba ni comprometía al acusado. Destacó que en las causas penales el juez trabajó bien. Cuando le preguntaron puntualmente por una causa específica : un juicio sucesorio, en el que Artero respondió con un lacónico “no a lugar”, Castría dijo “obvio que en esta causa al juez le faltó fundamento y, por ende causó perjuicios a las partes”.
Finalmente entonces el fiscal llegó a la conclusión, luego de citar jurisprudencia que no había razón para condenar a Artero.
El cuerpo que juzgó y absolvió al magistrado estaba integrado por los vocales del Superior Tribunal de Justicia, Bernardo Salduna (Presidente), Leonor Pañeda y Juan Carlos Ardoy; Vocales del STJ ; por los legisladores : Eduardo Jodor (vicepresidente) y Enrique Cresto, y por los abogados colegiados Jorge Ricardo Moreira Ghiglione y Aldo Pedro María Benedetti.