Luego de casi ocho años desde que se comenzó en Chajarí a hablar en serio de la posibilidad de contar con un sistema de videovigilancia urbana, ahora hace ya unos cuatro meses que esta en pleno funcionamiento. Los diez artefactos están ubicados dos en Avenida Dr. Casillas (un domo -cámara que gira a 360º- y una cámara fija), un domo y dos cámaras fijas sobre los carriles frente a las termas sobre Avenida Gallay, una cámara fija en el acceso peatonal y en el acceso vehicular del complejo termal, otro domo en “Tres Hermanas” y Ruta 2, mas otro en la terminal -que apunta a los andenes o plataformas- y que está acompañado por una fija, que apunta al interior de la estación de ómnibus local.
La central de monitoreo esta ubicada en la planta alta de la Comisaría de Chajari. No es algo muy sofisticado en cuanto a infraestructura: una PC, los comandos para dirigir las cámaras, un monitor pequeño frente al operador y otro más grande (un televisor LCD) sobre la pared. Y se estima que de incrementarse el número de artefactos –el sistema soporta más de 30 cámaras- no se tendrán que hacer grandes cambios. Actualmente hay seis funcionarios policiales que están manejando el sistema. Y esta previsto que en breve hagan un curso de capacitación consistente en técnicas o tácticas de búsqueda u observación.
Por otra parte, sabido es que las cámaras a instalarse o instaladas deben cumplimentar ciertos requisitos de seguridad jurídica y física (es decir, de resguardo de la integridad de los aparatos), como: •estar homologadas y “encriptadas”. Es decir, estar reconocidas por algún organismo oficial y tener una serie de protocolos que garanticen que las imágenes que registran no sean alteradas.
Esto es a los fines de ser válidas como elemento probatorio en una instancia judicial ;
poder brindar una sistema de transmisión de datos que no pueda ser saboteado.
Es decir, evitar lo que tenga que ver con una transmisión “física” de datos, por ejemplo, a través de cables, los que fácilmente podrían ser cortados.
Tener las cámaras una resistencia probada a las inclemencias del tiempo y el vandalismo.
Según Echaniz, estos requisitos se cumplen.
Incluso va más allá en cuanto a llevar tranquilidad a la comunidad con relación al manejo del programa de monitoreo, habida cuenta de que en la gran mayoria de las ciudades donde se implementó, son civiles los que operan el mismo.
“Hoy (la policía) no tenemos los protocolos para bajar las imágenes. Si yo quiero bajar, no puedo. Los tiene únicamente la empresa”, sostiene el funcionario policial. “Cuando ésta nos entregue el sistema funcionando en un 100%, yo le tengo que cursar una nota al Juez de Garantías y a la Fiscal diciendo que a partir de ese día tenemos pleno uso de esta herramienta.
Y le tenemos que hacer llegar, en sobre cerrado, al Juez de Garantías (el sobre viene de la empresa y la policía es solo intermediaria), la clave para que solamente él pueda bajar imágenes. Yo tengo una clave que me permite hacer todo tipo de acciones, pero no bajar imágenes ni, obviamente, alterarlas”, remarca el jefe local. “Además”, adujo, “cada operador que se sienta delante de las cámaras tiene su propia clave personal”, por lo cual todo accionar en el sistema por parte de cada operador, queda inalterablemente registrado.
El Jefe local resaltó la utilidad de la nueva herramienta, poniendo de ejemplo un reciente accidente ocurrido en Ruta 2 (camino a Villa del Rosario) y ruta “Tres hermanas”, en el que luego de ser embestido por una camioneta, un Fiat Uno se partió al medio tras chocar una columna. Según testigos, había mucha niebla y eso impidió al conductor del rodado mayor ver al otro vehículo, pero la filmación termino demostrando que la visibilidad era buena y se trata de una imprudencia.
El costo del proyecto fue de mas de 300 mil pesos y fue solventando con fondos de la Municipalidad de Chajarí, mas algo de dinero que debió obtener la Asociación Amigos de la Comisaria de Chajari, ya que hubo que comprar unas cámaras que no eran las previstas, a causa de algunos problemas de importación.