De ese modo, la obra social procura alentar el uso generalizado de las tarjetas, un mecanismo que nació a comienzos de año con la pretensión de reemplazar los viejos carné de afiliación. La principal ventaja, según dicen desde el organismo, es que de ese modo se evitan las largas colas en el edificio central del Iosper para comprar una orden de consulta.
Así, el médico, provisto de una computadora, conexión a Internet, y los lectores que ahora proveerá la obra social, podrá brindar atención en forma directa: cada plástico tendrá la «historia» del afiliado, y una vez «captada» esa información, vía on line, desde la obra social autorizarán la prestación.
Y la orden, en vez de adquirirla a 10 pesos en la obra social, se podrá «bajar» de Intenet e imprimirla, por ejemplo, en un ciber, en el mismo consultorio. En ese caso, siempre los 10 pesos de coseguro los cobrará el médico. No obstante, desdel Iosper aseguran que el viejo sistema de los carné, y las colas en la casa central podrán continuar conviviendo con el nuevo sistema.
La decisión del Iosper de comprar los lectores –era una de las excusas que había puesto el Círculo Médico en su postura contraria a aceptar el uso de las tarjetas– y distribuirlos a través de la Federación Médica de Entre Ríos forma parte de un acuerdo que por estos días se espera rubricar: el convenio prestacional con los médicos.
Se trata de un arreglo que satisface las aspiraciones de los prestadores: el Iosper otorgará un aumento del 18 %, desdoblado en dos etapas: un 13 % a partir de mayo, y un 5 % desde agosto próximo. La oferta es un punto intermedio entre lo que había ofertado el Iosper en un primer momento, 15%, a tono con la recomposición salarial que recibieron los empleados del Estado, y la pretensión de los médicos, que pidieron una suba del 25%
Silvio Moreyra, presidente del Iosper, aseguró que en el marco de ese acuerdo la obra social desembolsará el medio millón de pesos que se estima costarán los 500 lectores de tarjetas magnéticas que pondrá a disposición de la Federación Médica, para que ésta a su vez las reparta entre los distintos Círculos Médicos. «Nosotros vamos a aportar lectores de códigos de barra, lo que nos demandará una inversión promedio de casi 1.000 pesos. Vamos a comprar 500 en una primera etapa, es decir que vamos a estar inviertieron 500 mil pesos», explicó.
«Pero esa inversión la hacemos una vez que se cierre el acuerdo. Ellos firman, y nosotros salimos a comprar los lectores, y en 60 días están a disposición de los Círculos», indicó Moreyra a El Diario.
La inversión del Iosper procura así alcanzar a un 25 % del plantel de prestadores –en toda la provincia, son 2.000 profesionales– y avanzar en la implementación de las tarjetas magnéticas, que comenzó como prueba piloto en Paraná, y fue la ciudad donde más escollos hubo. De igual modo, de las 20 mil órdenes mensuales que se emiten aquí, según las mediciones del Iosper, cerca de un 25 % ya se realizan a través de ese nuevo mecanismo.
En principio, el Iosper procuró que el mismo médico emitiera la orden de consulta en el consultorio –para eso debía no sólo contar con una computadora, sino además con conexión a Internet, un lector de tarjetas y una impresora– pero luego amplió la oferta: así, usando los espacios publicitarios en distintos sitios digitales, puso a disposición de los afiliados la posibilidad de «bajar» las órdenes directamente de la página oficial de la obra social (www.iosper.gov.ar). Al respecto, Moreyra asegura que el 50 % de los afiliados de Paraná –que suman 85 mil, de los cuales 36 mil son titulares– tiene cuenta de correo electrónico, «por lo cual están familiarizados con la informática», según los datos que arroja el padrón de beneficiarios.
«La página del Iosper está preparada para que los afiliados ingresen con su número de afiliado y el número de PIN (número de identificación personal, según las siglas en inglés), y puedan bajar ellos mismos la orden de consulta», explica.
De ese modo, en el Iosper aspiran a continuar avanzando con la implementación del uso de las tarjetas en toda la provincia: por ahora, el mecanismo funciona en Paraná, Uruguay y está dando sus primeros pasos en Gualeguaychú y Concordia. «Nosotros estamos conformes con la forma que se va aplicando. Hoy tenemos el dato de que alrededor del 25% de las órdenes se atienden por este sistema, es decir afiliados que no vienen a la obra social a hacer colas. Y esto va a ir creciendo», apunta Moreyra.