Oscar Sorokin. Titular de Librería ‘Aserrín-Aserrán’. ‘La librería es un lugar de generación de ideología, la librería no es un lugar híbrido'
‘Yo no diría que ha disminuido el interés por el libro’, asegura Sorokin. Seguidamente explica que ‘muchas veces internet y todas las alternativas que se presentan para ocupar las 24 horas del día hace que haya un espacio menor para el libro, para la lectura, pero existe el interés’.
‘Donde no se ha perdido y ha crecido el interés es por el libro para los chicos y para los jóvenes’, preocupación por los adultos. ‘Cuando vienen chicos a buscar libros, me llena de ternura y presto especial atención para que si busca por primera vez un libro que realmente apunte a su centro de interés, de manera que no haya una frustración’, explica.
En otra línea recalcó que el otro inconveniente es también el precio de los libros. ‘Cada libro tiene el suyo, una novela que se perfila como buena venta no baja de 350 pesos. Después, con el tiempo, puede llegar a salir la edición de bolsillo a un precio bastante menor, menor el libro, letra más chica, impacto de tinta menor también, pero no tiene la calidad de la original que salió primero’. Esta alternativa que se presenta más tarde, busca cubrir un segmento de lectores que tienen menos capacidad adquisitiva.
En otro punto asegura que ‘lo que pasa es que por el costo de los libros, hay gente que quiere comprar un libro ya casi con el seguro de gusto’. ‘Invierte 300 pesos y quiere tener la certeza de que ese libro le va a gustar’, agrega. Hay lectores que prefieren el papel y sostienen ‘yo me quedo con el papel, lo llevo a adonde sea, no se me termina la pila’.
Sorokin agrega: ‘La no lectura y el uso abusivo de una nueva forma der escribir a través de los medios electrónicos hace que el idioma hablado y escrito, particularmente escritito, haya tomado nuevas formas’. En los tiempos de hoy, ‘no hay posibilidad de respetar las reglas ortográficas, o las palabras se escriben con signos, se abrevian de cualquier manera; es como un entendimiento entre quienes andan en ese mundo de los celulares y de los whatsapp’, reflexiona.
‘La no lectura impide el conocimiento del uso de las palabras, del uso del lenguaje y de la conformación de la palabra’, sentencia más adelante.
En ese sentido recuerda una frase de García Márquez: ‘No sé si con humor como tenía este autor, dijo en algún momento que de pronto va a haber que suspender todas las leyes ortográficas, que se escriba como se escriba cuestión de hacerse entender por el lenguaje escrito’ y añadió, ‘me parece que es una locura’.
Más adelante, Sorokin sostiene que ‘la librería es un lugar de generación de ideología, …la librería no es un lugar híbrido".
Existe la competencia, por ejemplo las grandes superficies. ‘Hay otro mecanismo infame, que es que sobrefacturan ventas de libros porque no tienen IVA, es una deslealtad’, dice Sorokin, y agrega: ‘También las editoriales, le venden los derechos a los diarios, Clarín, La Nación sacan colecciones por kiosco, muy baratas’. En referencia a ello, sostiene que lo positivo es que se suman lectores. En cuanto a lo negativo, argumenta: ‘La encuadernación y la calidad puede ser diferente, el de la librería puede ser cocido, tiene otro trabajo, otro valor, pero esto la gente no lo ve y sale por los quioscos a mitad de precio o mucho menos y tengo que esperar que en algún momento el libro que tengo muera en el estante por un tiempo o descanse’, dice Sorokin. Entonces por ello que se instala de alguna manera que las librerías son caras.
Para terminar, y ante la consulta de que opina acerca de la Feria del Libro que se realiza en la ciudad, Sorokin expresa: ‘Me parece un emprendimiento privatizado’, del cual tampoco participa.
Jorge Buffa: Titular de Librería ‘Magister’. ‘El valor del libro en este momento es el producto más económico que existe a nivel de mercado’
Respecto a la venta, Buffa indica que ‘descenso en la venta no ha habido’. Seguidamente explica que ‘posiblemente haya otras formas de comprar libros que no sea exactamente venir a la librería. Nosotros lo que tratamos es que la gente venga la librería, pero en estos momentos hay muchas posibilidades de compras a través de internet, poder hacerlo vía telefónica, con las tarjetas de crédito, también las ventas domiciliarias que dicen que venden cosméticos pero también agregan otros productos y aparecen libros’.
Esto indica que la venta se diversificado la venta y que ya no se vende solamente en librerías: ‘Si uno va al supermercado también encuentra libros, entonces hay más lugares donde se venden libros, más espacios de ventas del libros’.
Si indica que hay una gran influencia de la fotocopia, a la que mencionó como ilegal. Sin embargo, ‘las fotocopiadoras están instaladas dentro de las universidades y los que van a ser abogados sacan fotocopia sabiendo que esto es delito. Se podrían estar vendiendo mucho más los libros si la legislación vigente se estuviera cumpliendo como corresponde’, determina Buffa. ‘.Tal vez lo que más influye en el formato papel es lo de la ilegalidad de la fotocopia y las descargas desde internet’, agrega.
En ese sentido, ‘si se lograra tal vez manejar un poco mejor esto, sobre todo en los ámbitos educativos y que las personas tanto los educadores, profesores y los estudiantes comprendan que es un perjuicio para las librerías, probablemente se venderían mucho más libros y probablemente los precios de los libros fueran mucho más bajos’, asegura.
El público joven parece estar interesado por las ediciones impresas. ‘Los niños y adolescentes consumen mucho más libros’.
En relación a los precios, hay libros desde cinco pesos hasta 1000 o 2000 mil pesos. ‘El valor del libro en este momento es el producto más económico que existe a nivel de mercado’, finaliza Buffa.
Aniela Fava: Titular de Librería ‘Babel’. ‘A mí me alegra y me sorprende que los adolescentes vienen buscando por ellos mismos, que quieren leer’
‘Yo no he notado a lo largo de estos años que haya marcado drásticamente el tema de las ventas’, comienza Aniela en referencia al uso de la tecnología.
‘Si bien es cierto que muchos consumimos libros digitales y demás, o lecturas a través de internet pero no he notado un cambio’, continúa.
Más adelante explica que el rubro tiene temporadas fuertes como el comienzo de clases, y temporadas bajas o ‘caídas libres’, pero que afortunadamente son breves.
La competencia: ‘Hay publicaciones que se sacan para la venta de quioscos que son exclusivas para ellos y que son muy económicas. Si el cliente tiene la opción de comprar un título a mitad de precio y obviamente lo va a aprovechar’, dice Aniela y asegura que es una oportunidad para los lectores.
De lo que no está convencida es sobre los vendedores ambulantes. ‘Conozco vendedores de editoriales que venden enciclopedias, que son libros muy costosos que los venden en cuotas con muchos intereses, no me parece tan bien’, opina. ‘No me parecen de gran calidad, no se justifica ese precio. Como trabajo con usados, me vienen a ofrecer esos libros que han comprado y que después no saben qué hacer y los quieren vender y yo en realidad no los puedo comprar porque son carísimos y no se los vendo a nadie’, analiza.
Los clientes son variados. ‘Se venden muchos libros infantiles o para la escuela (libro de texto como lectura complementaria). También están los clientes aficionados a la lectura que por suerte hay bastantes y de edades variadas, adolescentes que a mí me alegra y me sorprende que vienen buscando por ellos mismos, que quieren leer’. Novelas románticas y libros de cocina es otra elección de los clientes.
‘La librería me parece que es el rubro que atrae a personalidades bastantes particulares, muchos excéntricos, muy pintoresco y de todo’, comparte Aniela.
El lector puede encontrar en este lugar, libros nuevos o usados y también una gama de precios amplia, ‘desde novelas chiquititas desde 7 pesos para arriba. Otros libros de 400 pesos’, manifiesta.
En referencia a la Feria del Libro, y en contraposición de Sorokin, Aniela indica que participa con alegría. ‘Me parece que es muy bueno que se haga, me parece muy bueno lo que se hace con todas las propuestas culturales paralelas, charlas, escritores que vienen, teatro’. También hace su crítica: ‘Si he notado en el último año que ha decaído un poco la variedad de la propuesta en cuanto a los expositores, menos stands, menos variedad de editorial, de oferta’.
Para finalizar, Aniela se pregunta ¿‘en 50 años 100 años estará en extensión el libro?. Supongo que sí, pero también supongo que habrá lectores que valoren el objeto libro, el contacto con el papel, el sentarse en un sillón, al lado de la estufa, en un árbol a leer y a pasar las páginas. Esa parte de la lectura no se va a perder nunca, si va a disminuir’.