Anoche los dos bloques de concejales no se pusieron de acuerdo en aprobar un aumento del precio de las termas para abonar la suba salarial acordada entre el intendente y el gremio. Por lo tanto, el dinero debe salir de otro lugar. Dagani desconocía la fuente de financiamiento a la que apeló Abreu. “Aparentemente va a haber una modificación presupuestaria pero honestamente si te digo de donde sale la plata mucho no entendí”, dijo.
Según un comunicado del Ejecutivo, los integrantes del gabinete de gobierno pusieron disposición del intendente las renuncias a sus cargos. Además, los funcionarios decidieron voluntariamente reducir sus sueldos. E invitaron al Concejo Deliberante a adherir a la medida mencionada o implementar otra similar, afectando los fondos destinados a gastos de representación.
Además, el intendente dispuso el pago inmediato de la asignación por hijo en $ 135, tal lo acordado la semana pasada, hijo incapacitado y familiar a cargo. Y abonar un sueldo mínimo bruto de $1.400, retroactivo al 1º de setiembre, $1.440 en octubre y $ 1.500 en noviembre. Las asignaciones se abonarán entre el viernes y el sábado por cajero automático, según Dagani. Mientras que el sueldo mínimo se abonarán en 15 días.
Dagani enfatizó que se va a reformar el presupuesto de gastos para destinar una partida de $ 53.000. Y destacó que los ediles no van a tener que sancionar un aumento de la entrada de termas. “Este es el país del limón, hay que apretar para que salga el jugo”.
Respecto de lo sucedido en el Concejo Deliberante, Dagani dijo que los empleados municipales fueron “víctimas de un canibalismo político”. Aseguró que la interna del PJ y de la UCR. En ese sentido, sostuvo que los ediles desobedecieron a los presidentes de ambos bloques y, por lo tanto, los proyectos de aumento de la entrada no fueron aprobados. En consecuencia, luego de esperar un cuarto intermedio de 90 minutos, los empleados se encontraron con un final inesperado. “Ocasionó bronca y se salió por la ciudad, con el desparramo de basura”, indicó Dagani.