Daniel Barboza, prosecretario de la comisión de Ate del hospital Heras, “han pasado varias direcciones y todos dicen lo mismo. Nosotros vemos que esto se está cayendo a pedazos y nadie hace nada”. En el Heras, “se desviste un santo para vestir otro”. En líneas generales, “falta mantenimiento; hay cables colgando; la pintura se cae; se cae la mampostería”.
Los lugares más críticos son varios. “Se ocupan únicamente de Salud Mental. No creo que este mal pero creo que hay otras prioridades también como Clínica, Sala 7”. En ésta última sala funciona el servicio de Neumotisiología. “Son pacientes con problemas pulmonares en el cual no pueden convivir con los hongos que sale de las paredes. Pero hay muchos hongos, mucha humedad, y les afectan los pulmones”, expresó.
En el Heras no hay calefacción en ninguna sala. “Por ahí tenemos esas estufitas a cuarzo y tenemos un tanque de gas ahí a dos pasos, y pasa el gas (natural) por todas la arterias del hospital y no hay”, expresó Barboza. De noche, el nosocomio se transforma en una “heladera”, según el gremialista. “Estamos con una estufita y con un vela”, expresó. El único lugar que tiene calefacción es la guardia. “O sea, donde esperan los pacientes que hay dos estufas a gas”, señaló.
Por otra parte, señalaron que hay un déficit en el personal a pesar de que trabajan cerca de 400 personas. “Imaginate vos que el paciente requiere atención y muchas veces el personal (de enfermería) no alcanza”, dijo Barboza. En neumotisiología, la sala donde trabaja Barboza, hay 14 enfermeros pero hay personal que no rota por diferentes razones. “De noche hay un solo enfermero.¿A que lleva eso? A que muchas veces los pacientes se caen de la cama. Muchas veces es personal femenino. ¿Como hace esa persona para levantar a un paciente de 70 u 80 kilos que no puede moverse?”, se preguntó. Además se quejó de que los directivos “no se fijan en la parte humana”. “Si te descomponés, no hay nadie que te alcance siquiera un vaso de agua, te re morís solo”, expresó.
El otro déficit que señalan los empleados es la limpieza. “No puede ser que haya una sola mucama para limpiar todos los pasillos del hospital. Se hace imposible, acá transita mucha gente”, dijo Barboza.
Respecto de los lugares que están clausurados, Barboza señaló que hicieron varios reclamos por la aparatología en desuso. “No te digo que es de última generación pero tampoco es vieja”; indicó. Como ejemplos, mencionó la terapia. “Una de las terapias mejores de la provincia era la del hospital Heras… y está ahí con polvo porque nadie se dedica”, sostuvo. Es más, puntualizó que hay dos quirófanos cerrados que “están en condiciones de seguir funcionando”.
La lista de reclamos nunca termina. El servicio de laboratorio trabaja hasta las 12 del mediodía. “Parte de la tarde quedamos sin laboratorio”, expresó Rubén Bufet, delegado de UPCN. Y añadió que esa mañana el laboratorio no tenía gas. “El gas no es para tomar mate; hay análisis que necesitan si o sí gas”, indicó Barboza, Además, el servicio de rayos trabaja hasta las 20 hs. “Si te llega un paciente politraumatizado de acá cerca tampoco tenemos para auxiliarlos y mandarlos al Masvernat porque no hay para hacer placas”, indicó Barboza.
Los sindicalistas señalan que desconocen que sucede con la partida de $ 500.000 que debían ser utilizados para mejorar el Heras. “Si nosotros tuviéramos funcionando el Consejo de Administración sería otra cosa porque podríamos manejar mucha más información y decidir algunas cosas”, indicó Barboza. “Si vos recibís esa plata, yo creo que esto tendría que brillar”, añadió.
Por otra parte, revelaron que una profesional que trabaja en Kinesiología, Melisa Reinafé, desde hace cinco años ad honorem, y sólo le abonan las guardias de los sábados y domingos. “Y desde el mes de mayo que no cobra esa guardia. Le pagan $ 80 por fin de semana y hace cinco años que está esperando un cargo para ella”, indicó Cristina Bocalandra, delegada de UPCN.
Una de los principales déficit es la falta de una ambulancia propia. El Heras cuenta con dos Mercedes Benz Sprinter. “Una es la nueva que la hacen de traslado de larga distancia y la más viejita que se ocupaba acá se fundió”, indicó UPCN. “Ésta es una (una Mercedes aparcada en el estacionamiento del Heras) y la otra no sabemos donde está. Ahora estaban pidiendo para llevar un chico al Garrahan y no hay ambulancias”, dijo Bufet. Cuando se requiere de algún móvil, se solicita a Emergencias (107) o a los servicios privados.
“Espacio físico me sobra”
El director del hospital Heras, Francisco Martínez, dijo que muchos servicios fueron trasladados al Masvernat. “Y quedaron muchas salas, muchos lugares desocupados”, indicó. En consecuencia, Martínez señaló que tiene intenciones de ocupar los espacios ociosos para poner en funcionamiento servicios que no se encuentran en la parte pública o están muy debilitados. “Lo que no se hace es tratar de duplicar servicios: no tiene sentido poner terapia intensiva porque ya tenemos una buena terapia”, dijo. Al mismo tiempo, señaló que hay siete quirófanos en el Masvernat. “¿Para que voy a poner quirófanos acá?”, señaló.
Uno de los servicios que Martínez aspira a inaugura es Oftalmología. “Traje un montón de aparatos que voy a poner en funcionamiento. De a poquito voy a tratar porque el fondo de la cuestión es económico. Hay aparatos que no tengo por eso estoy gestionando como puedo hacer para tratar de lograrlos”, indicó. El Heras maneja un presupuesto de $ 180.000 mensuales y Martínez reconoce, fuera de micrófonos, que no le alcanza para los gastos corrientes. Menos aún para adquirir aparatología nueva.
“El objetivo es llegar hasta la cirugía de ojos. No estamos ni cerca ni lejos: estamos en el medio”, indicó Martínez. En la actualidad, los pacientes con problemas en sus ojos deben ser trasladados a Buenos Aires. “En toda la provincia no hay servicios de oftalmología, excepto los privados”, indicó el titular del nosocomio. En el Heras hay oftalmólogos que sólo trabajan en un consultorio sin elementos de complejidad. Y la intención es remodelar por completo uno de los viejos pabellones de internación para readecuarlos a lo que se pretende implementar.
Otro servicio extra que Martínez pretende implementar para aprovechar el espacio físico sobrante es la atención a las personas discapacitadas. “Para tener el certificado nacional tienen que viajar a Paraná. Ahora estamos implementando todos los medios para que esa Junta Nacional funcione en Concordia”. Se trata de tres profesionales: una médica, un psicólogo y una asistente social. “Tiene que tener una relación de dependencia con la Provincia. Ya está la autorización del Ministerio de contratar a estos tres profesionales y creo que esta semana los tengo”, indicó Martínez.
“Sería una gran ventaja para los discapacitados que tienen que viajar, a veces no les pueden hacer la junta; hay que conseguirles donde dormir, y trasladar un discapacitados es complejo”, indicó Martínez.
“Espacio físico me sobra”, admitió el director. Una breve recorrida por el antiguo edificio devela que están cerrados los antiguos servicios de Ginecología, sala de partos (maternidad), terapia intensiva, quirófanos (Martínez aseguró que los está refaccionando para realizar “pequeñas cirugías de oído”). En definitiva, la mayor parte de la internación (tres salas) no tiene ningún uso en la actualidad porque el sector administrativo “está funcionando como siempre”. Y añadió: “este mes voy a ocupar dos (de las tres salas) con Discapacidad y con la parte de Oftalmología”.
Más adelante, señaló que va a trasladar los servicios al ala sobre calle Urquiza porque hay un proyecto para instalar gas natural en ese sector. “Para que no están desparramadas las áreas de internación por todo el hospital. Tengo Sala 6 y Sala 11 en calle Entre Ríos, arriba. Sala 8 sobre Urquiza”, indicó. Hay 40 camas para internación contando todos los servicios.
Respecto de los consultorios externos, el director dijo que está cubierto el 80 % de las especialidades pero faltan algunas como endocrinología y ginecología. La guardia “funciona las 24 horas” y Martínez aseguró que va a gestionar este mes servicios de laboratorio, radiología y electrocardiograma. “Hoy, si cae un paciente a la tarde y necesita un análisis de sangre, no se los podemos resolver”, expresó.
Martínez señaló que el objetivo es evitar que el Heras quede confinado a ser hospital que sólo atienda a habitantes de los barrios de la zona sur, a pesar que el área programática abarca: Carretera La Cruz, ex Aeroclub, María Goretti. “La única diferencia entre el hospital Felipe Heras actual y el antiguo es que acá no se hace cirugía ni hay terapia intensiva ni partos”, expresó.
Respecto de Sala 8, el director señaló “no es lo mismo calefaccionar una habitación normal como puede ser un comedor a un pabellón que tiene 30 o 40 mts. de largo por 20 de ancho”. La instalación eléctrica “no aguanta” las estufas eléctricas. “Por eso se está pidiendo la instalación de gas natural”, que según Martínez, se instalará a “mediano plazo”. Para ello, “hay un dinero de $ 500.000 que se está gestionando y esta semana ya se resuelve. Estamos moviendo todo para que salga lo más rápido posible”. Durante el invierno actual, se colocarán algunas estufas eléctricas que será reforzada por gas envasado.
Un centro de salud
Gladis Tribulatti es la secretaria de la CTA Concordia. Fue una de las organizadoras de los “abrazos solidarios” a los hospitales Heras y al Ramón Carrillo que se organizaron hace algunos años atrás. “Lo que pedíamos en aquel momento era que no se cerraran las puertas pero que conservaran los servicios que tenían porque estábamos hablando de un hospital que tenía más de 200 camas y un hospital nuevo que se iba a abrir que no completaba 100”, recordó.
También rememoró que “había ancianos en situaciones terribles que los encontraban tirados por ahí en los barrios, y al menos se lo recuperaban con un tiempo de atención en el hospital Heras internado”. En cambio, aseguró que en el Masvernat ese tratamiento no se puede realizar porque “trabajan a cama caliente”. O sea, “lo tienen unas horas al paciente y que salga rápidamente para que pueda ingresar otro”.
Además, señaló que los edificios antiguos “cuando se los deja de usar es cuando más se deterioran”. Y puntualizó que hay un sector que “es más que preocupante”: sala 8. “Anda por ahí un dinero dando vueltas que todavía no se ha concretado la obra (de remodelación) en sí”, apuntó.
Para la ex-concejal el Heras se convirtió en un centro de salud “un poco grande”, cuyos servicios “no difieren muchos de lo que es el centro de salud del Constitución”. Aseguró que no era lo que pretendían. “Del centro hacia el sur toda la gente lo necesita y aún más, porque convengamos que el Masvernat está desbordado”, dijo Tribulatti. “Los turnos se siguen dando temprano como siempre y la gente tiene que trasladarse de madrugada para sacar los turnos y esperar que los atiendan”, indicó. Recordó que hace pocos días, una mujer no podía conseguir una cirugía de adenoides para una hija y tuvo que salir a los medios.
“No quedó con todos los servicios que pretendíamos y lamentamos mucho que el presupuesto se interponga ante la realidad de lo que la gente necesita. Hay que hacer la inversión para tratar de incorporar mayores servicios en el resto del edificio antes de que se derrumbe”, indicó Tribulatti.