“Queremos incentivar, a través de la información, de que el Sida es una enfermedad que la padece el ser humano, que es crónica, que no se cura, y que tiene un mecanismo de transmisión que es la relación genital sin protección. Eso es lo que nos interesa”, explica Elías.
El preservativo es, hasta ahora, el único método barrera capaz de impedir la transmisión del Sida en una relación sexual, y por eso es el camino más difundido y sostenido por las autoridades sanitarias como camino para impedir el avance del virus de inmonudeficiencia humana (VIH) entre la población hoy más vulnerable: los adolescentes y los jóvenes.
El viernes, 1º de diciembre, Día Mundial de Lucha contra el Sida, será una oportunidad para ampliar esa actividad a nivel comunitario, pero no la única. Para eso, la Provincia cuenta con una partida de 100 mil preservativos, que envió la Nación, y ya está en marcha un proceso de adquisición de un número similar de condones con recursos locales.
“Pero esto no debe hacerse sólo un día, sino que debe constituirse en política de Estado, más allá de cualquier gestión. Hoy, lamentablemente, la única posibilidad que tiene la gente de acceder a un preservativo en forma gratuita es cada 1º de diciembre, cuando se hacen las distribuciones callejeras. El preservativo debe ser accesible a todos porque impide la transmisión de una enfermedad de transmisión sexual”, sostiene.
Hay un dato que refuerza esa idea. Desde que se inició la epidemia en Entre Ríos, ya se contabilizan oficialmente 1.000 pacientes en tratamiento, pero la proyección habla de que en realidad hay 7.000 personas con VIH. “Esto habla de que estamos muy lejos de conocer la verdadera realidad del Sida, y que hay muchas personas que tienen el virus y no lo saben”, añade Elías.
Un lugar que el funcionario considera clave para desarrollar las políticas de prevención es la escuela, y hasta allí concurren los integrantes del Programa Provincial de Sida toda vez que son convocados por los directivos y docentes. “Llevamos preservativos y los distribuimos, si el director nos deja. Los chicos se divierten, y aprenden a usar un preservativo. No aceptar esa situación es taparse los ojos a la realidad. Lo importante es ver cómo un chico coloca un preservativo, y la mayoría sabe cómo colocarlo”, puntualiza.
Aunque en ese terreno, Elías sabe que se enfrenta al pensamiento de la Iglesia Católica, reacia a ese tipo de actividades. “Yo no voy a discutir con la Iglesia —previene—. Lo que les digo es que trabaje la Iglesia con sus fieles, porque el Estado debe trabajar con un universo más grande, que no son solamente los creyentes. Esto, además, no es una cuestión moral. Es una locura decir que el preservativo tiene poros que son más grandes que el virus. O que están en contra del preservativo porque hay que defender el amor y la fidelidad”. De todos modos, aclara, que la idea es que “más que entregar un preservativo, la idea es concientizar por qué tenés el preservativo en la mano. Ese es nuestro mensaje: qué hago con esto, para qué sirve”.