El gobierno cedió y pondrá bajo revisión la medida del troceo obligatorio para comercializar carne vacuna

Esa norma, que sería impulsada por el interés de los frigoríficos exportadores, se iba a aplicar inicialmente el 1 de enero de 2022, luego se corrió al 1 de noviembre y más tarde se prorrogó al 15 de enero de 2023. Pero lo más probable es que esa fecha se vuelva a correr, a raíz de los aportes que haga esta comisión. O que al menos se flexibilice la férrea exigencia a los frigoríficos para que dejen de enviar animales enteros al mercado.

“Quiero compartir con ustedes una definición. La decisión de implementar el troceo sigue firme y se sostiene, pero eso no invalida los pedidos que tenemos de distintas provincias ni significa que no entendamos la complejidad que tiene la implementación de la medida. Eso nos hace reflexionar sobre algunas cuestiones y nos lleva a que conformemos una mesa técnica para resolver esto”, dijo Bahillo frente a la atenta mirada de varios ministros de Producción de las provincias que habían planteado objeciones al plan diseñado por el poder central en el marco del Consejo Federal Agropecuario, que sesionó el martes en Buenos Aires.

La trama fue ganando intensidad a medida que se acercaban las fechas para que los frigoríficos tuvieran que cortar obligatoriamente la media res en trozos. Con los meses se armó un frente común entre matarifes y frigoríficos dedicados a abastecer el consumo (que constituye el 75% del negocio) que denunciaron que detrás de un argumento laboral -que los trabajadores de la carne no cargaran piezas superiores primero a 25 kilos y luego a 32 kilos-, se escondía la pretensión del Consorcio ABC de dejarlos fuera de competencia para ganar posiciones también en el mercado doméstico.

En este vasto territorio opositor al cuarteo obligatorio, las excusas para no hacer las modificaciones exigidas por la normativa fueron de todo tipo y color: que el gobierno no había facilitado el financiamiento prometido para reformar las instalaciones de los frigoríficos, que colapsaría el transporte de carne por la falta de espacio en los camiones, que se crearía un “doble estándar sanitario” porque muchas plantas seguirían vendiendo la media res al amparo de normas provinciales y municipales, que finalmente el troceo haría subir los precios de la carne vacuna.

Pero también había objeciones técnicas bastante objetivas, especialmente respecto de la letra chica de la normativa y los peligros de que este proceso condujera a una mayor concentración en la industria frigorífica.

Lo cierto es que tampoco las autoridades de la Secretaría de Agricultura se mostraron permeables frente a un pedido razonable de ciertos actores del negocio: para cumplir con las exigencias laborales y proteger la espalda de los trabajadores, pedían movilizar las medias reses a través de medios mecánicos, como carretillas especiales, rieles y roldanas, brazos mecanizados.

Hasta ahora, porque al hablar ante los ministros provinciales Bahillo aceptó que algunas preocupaciones de estos sectores -y que fueron elevadas por los ministros de algunas provincias con presencia industrial, como Córdoba- eran razonables e iban a ser analizadas por la mesa técnica a crear. El secretario de Agricultura prometió convocar a la brevedad, e invitó a las provincias a exponer allí todas las opciones.

“La primera definición es conformar una mesa técnica donde aquellos interesados puedan plantear algunas cuestiones que se necesitan aclarar o que se pueden mejorar. Todo se puede mejorar”, dijo Bahillo entre titubeos. “Entendemos que el medio mecánico puede ser una decisión transitoria para facilitar algunas cuestiones. pero entendemos que la decisión final es el troceo, pero más allá de eso puede haber un tiempo donde se puedan armonizar ambas cuestiones”, agregó.

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