El gobernador se reunirá hoy con los nuevos dueños del BERSA

El diario UNO consigna que los plazos se aceleraron de tal modo que ese mismo jueves, pocas horas después de que se firmara la preadjudicación, seis técnicos del grupo adquirente estaban en la casa central del Bersa preparándose para el período de cogestión que suele darse en este tipo de situaciones.
Allí se remarca que, aunque el grupo tome el dominio efectivo del banco en un mes o más, las operaciones que se realizan desde el jueves deben contar con el aval de los nuevos dueños, debido a la incidencia que tendrán en la marcha del negocio en los próximos meses.
La negociación que se aproxima con el gobierno tiene carriles definidos. Por un lado, el cumplimiento efectivo de las condiciones por las que el gobierno provincial presionó desde el inicio del proceso, y que se vinculan a la continuidad laboral de los trabajadores, de la identidad del banco, de la cantidad de sucursales y de la implementación de una política de créditos en apoyo a los productores entrerrianos. Estas condiciones estaban en el pliego licitatorio, pero de todos modos se espera la confirmación de su cumplimiento.
Por otro lado, lo que está relacionado con la continuidad del contrato de agente financiero, que la administración de Jorge Busti se comprometió a mantener a cambio de las condiciones requeridas. Aquí el tema no es tan sencillo, ya que mientras la actual administración del Nuevo Bersa –a cargo del Banco Nación– calculó que el costo actualizado del mismo se ubica en 1.150.000 pesos, para el gobierno el monto no debe superar los 560.000, basándose para ello en un informe realizado en el Ministerio de Economía por un técnico de apellido Otegui.

El desembarco

Fuentes cercanas al grupo adquirente confiaron que las expectativas respecto del manejo del Nuevo Bersa son “realmente positivas”, y que además tiene peso en ese panorama la profunda relación que existe entre el banco y los entrerrianos. Basta recordar en este sentido que cuando el Credit Agricole abandonó las tres entidades, sólo el Bersa logró permanecer con sus puertas abiertas y los ahorristas no produjeron el temido retiro de los depósitos.
También se supo que en un eventual contacto con la prensa, Sebastián Eskenazi remarcaría la determinación de mantener la continuidad laboral de los empleados, a los que se les ofrecerán posibilidades de capacitación, y también el número de sucursales, más allá de que la “primera impresión”, indique en algunas localidades podría prescindirse de la sede bancaria y que en otras, donde no hay, hace falta instalarla. Como antecedente a favor se puede señalar que en el caso del Nuevo Banco de Santa Fe se mantuvieron abiertas las 180 sucursales con que contaba.
Respecto del precio del canon, fuentes cercanas al Banco de Santa Fe confiaron que llamó la atención que el gobierno “marcara fuertemente la cancha”, indicando el precio de 560.000 pesos frente a un cálculo que ubica el costo del canon en 1 millón de pesos, aunque se señaló que esta situación no será motivo de mayores disputas, ya que en principio el objetivo del nuevo grupo es expandirse en base a la buena aceptación que tiene la marca Bersa entre los entrerrianos. Esto despejaría también las dudas que podrían existir acerca de la marca, que aseguran se mantendrá sin alteraciones al igual que la ubicación de la casa central.
Para lograr esa expansión se espera que en los primeros meses de la nueva gestión se lleven adelante no sólo modificaciones en la operación del banco, sino también algunas acciones de marketing.

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