Según consigna un artículo publicado en El Diario, un problema es tener esclarecido qué área no funciona aceitadamente y quién está a cargo; y otra completamente diferente es tener a mano a un reemplazante adecuado. Sobre todo en la función pública donde, dicho sea de paso, se precisa además de perfil cierto conocimiento de la técnica administrativa.
Visto en perspectiva, la lógica instalada plantea que si una repartición recoge más quejas que elogios es porque falla su conductor y, entonces, como un engranaje o una pieza mecánica, conseguirle un repuesto. Lo que lamentablemente no se debate es sobre la dinámica de trabajo, incluso al interior de las reparticiones y en relación con las organizaciones representativas de la sociedad civil. Es que más que ejecutores enfervorizados, lo que el sector público precisa es un elenco de funcionarios públicos con capacidad de decisión sí, pero sobre todo con talento y método para organizar los saberes que circulan en las comunidades.
Vaya a saber si algo de esto es lo que el propio Gobernador transmitió cuando emplazó al conjunto de los colaboradores. Nada oficial se ha informado al respecto, pero es vox pópuli que el doctor Busti fijó un período de prueba para revalidar créditos individuales, que ese lapso es de unos 40 días y que el mes y medio en cuestión se agotará antes de que se termine el 2005.
A propósito de cambios, es probable que la Coordinación de Políticas Sociales desaparezca, ahora que el licenciado Kerz ha cambiado de función. Es decir, el Gobernador entiende que una vez “reordenada” el área puede regresar a depender directamente del ministro de Salud y Acción Social, con lo cual bien se podría emparentar el paso de Kerz por esa repartición como una intervención.