Previo a la lectura de los alegatos, los jueces y las partes escucharon el testimonio de Marsicano durante la reconstrucción del hecho efectuada el año pasado en la vivienda de la víctima. En la grabación se escucha que el acusado reconoce paso a paso lo que sucedió ese día, el haber estado con Rosatelli esa noche y haber efectuado el disparo fatal en forma accidental debido a que había escuchado ruidos y estaba bajo los efectos del alcohol mezclado con cocaína.
Al momento de alegar, Lafourcade se preguntó la razón por la que Marsicano no reconoció desde un primer momento que se le había escapado un tiro. No iba a ser la primera vez que eso sucede. En ese sentido, mencionó tragedias que enlutaron a familias por disparos accidentales entre sus mismos miembros.
En ese sentido, el fiscal mencionó que tuvo varias oportunidades para confesar lo sucedido. La primera, ni bien ocurrido el hecho, la segunda al día siguiente cuando llegaron las autoridades al lugar del hecho, la tercera cuando se hizo el allanamiento en la casa. Sin embargo, Lafourcade mencionó que Marsicano no respondió que sucedió con la vaina servida del proyectil que impactó en la cabeza de Rosatelli ni por qué razón la parte superior del ropero donde había dinero guardado estaba roto.
Por ese motivo, el fiscal descartó la explicación del acusado y concluyó en que fue un homicidio doblemente calificado para sustraer el dinero guardado. Y se basó en el cúmulo de pruebas que obran en el expediente judicial como las lesiones de Marsicano en el antebrazo, el informe sobre el grado de alcoholismo que tenía la víctima en el torrente sanguíneo al momento del disparo (1,8 gramos de alcohol en sangre), el dermotest positivo en el brazo del acusado que arrojó la presencia de plomo y bario, las filmaciones del maxikiosco que los muestra saliendo juntos de la casa de Marsicano y la de la estación de servicio que lo muestra abandonando la camioneta de la víctima, etc.
Otras pruebas aportadas son las astillas encontradas en una camisa de Marsicano que concuerdan en alto grado con las muestras de madera del techo del placard violentado, los cuatro cartuchos de calibre 32 hallados en la casa del imputado, uno de ellos percutado, la pericia del experto en balística del STJ que dio cuenta que el cartucho percutado y el proyectil hallado en la cabeza de Rosatelli pertenecen al mismo arma, un revolver 32 hallado en la casa, y que además establece que el disparo fue efectuado a corta distancia, cuestión que fue ratificada por la perito policial en balística, Mariela Arizmendi, la última testigo que prestó declaración testimonial esta tarde.
El fiscal sopesó el valor de las pruebas objetivas como las pericias mencionadas como los elementos más contundentes, a las que añadió los dichos de los testigos que pasaron por la Sala Penal la semana pasada, y llegó a la conclusión de que fue un homicidio doblemente calificado. Y se abstuvo de merituar la pena indicando que la única posible es la prisión perpetúa. Además pidió al tribunal que se prorrogue la prisión preventiva y que el dinero incautado, $ 100.000 y US$ 40.000 que permanecen guardados, sea restituido a los hijos de Rosatelli.
Luego era el turno de alegar a la querella, representada por Marcos Rodríguez Allende, y la defensa encabezada por José Ostolaza, quien expresó el miércoles de la semana pasada, antes de que comience el juicio, que Marsicano debía ser juzgado por homicidio culposo.
