La sensación de abandono se percibe desde lejos. El sereno que cuidaba las instalaciones ya se fue hace rato, según cuentan unos chicos que viven en la casa ubicada en la esquina de la calle que cruza por el frente del Regimiento Nº 6 “Blandengues” y la calle interna del Polideportivo. La casilla del cuidador era un container reformado. La puerta trasera está abierta hacia fuera y no se observa ningún elemento en su interior, como si fuese una lata de comestibles vacía, desperdigada por el suelo.
El predio está rodeado por una malla de alambre grueso, clausurado con candado en algunas puertas, excepto en un sector dentro del polideportivo donde cayó una rama gruesa de un árbol y al costado de la entrada principal. En ese lugar, el alambre fue corrido completamente y cualquier persona puede ingresar libremente.
El terreno de juego es un fangal de tierra roja, cubierto de pasto largo que crece en forma despareja y algunas zanjas, donde desemboca el agua de lluvia que se acumula en las esquinas, que corren por los costados. Silenciosas, mudas, ajenas a cualquier estremecimiento pasional; los escalones de cemento apoyados en los montículos de tierra roja levantados en tres de los cuatros costados se enmohecen silenciosamente a la intemperie.
Sólo mantienen el blanco característico las últimas escalinatas que se hicieron sobre la tribuna este. En el resto, el gris sustituyó al blanco y algunas plantas crecen entres las grietas de los escalones. En tanto, detrás de la tribuna oeste se levantan algunas columnas inconclusas. Allí se van a construir los vestuarios de los jugadores, árbitros, sala de prensa, palcos… por ahora son brazos que se alzan al cielo.
De más está decir que no hay obreros trabajando, una mezcladora de cemento, montañas de arena o piedra… ningún movimiento que delate que se esté en medio de una obra en construcción. El silencio es total, solo entrecortado por el trinar de los pájaros.
Negocian la rescisión
El director de la Zonal de Arquitectura de Concordia, Ricardo Truffa, explicó que en estos momentos están negociando un acta de rescisión con la empresa Malvicino, que había tomado la obra en 2005. Trufa explicó que la empresa incumplió con el plazo estipulado para realizar los cálculos estructurales. “Se objetaron los cálculos en cinco oportunidades”, dijo Trufa. A su vez, la constructora alegó que no los realizó porque no cuenta con el proyecto definitivo.
El meollo de la cuestión es que el proyecto debió ser modificado porque la dueña de una propiedad ubicada cerca de las tribuna oeste pidió que modifique la altura de las mismas porque estaban muy cerca de su casa.
La Provincia adeuda la realización del proyecto definitivo, donde deben constar todos los servicios: agua, cloacas, luz, electricidad, riego de la cancha. Además, se deben definir que se va a hacer con el espacio, aproximadamente de 6 mts. de ancho, que quedará disponible entre las columnas que sostienen la tribuna: techos, vestuarios, sala de árbitros, salón de precalentamiento, escuela, etc.
La obra se reinició en septiembre del año pasado. Pero estuvo parada entre cuatro y cinco meses por las lluvias. La empresa constructora alcanzó a hacer seis escalones más de la tribuna que da hacia el este; en la oeste realizó movimientos de suelo, reforzó la parte estructural compactando la tierra y realizando un muro de contención. Se estima que el monto de las obras realizadas supera el $ 1.200.000. Y esa es la cifra total, parte ya la percibió, que debería cobrar la empresa.
Según explicó Truffa, en el acta del cierre de obra anticipado quedará establecido que la empresa no podrá hacer reclamos posteriores mediante la vía judicial. En tanto, la Provincia debería tomar entre 90 y 120 días para elaborar el proyecto definitivo. “Quizás un poco más”, dijo el encargado de Arquitectura. Luego debería lanzarse una nueva licitación pública.
Esta semana debería definirse el acta de conformidad de común acuerdo entre la empresa y el gobierno provincial y luego deberá ser publicado en el boletín oficial. Mientras tanto, Truffa señaló que Arquitectura debe encargarse de contratar un sereno para que cuide las instalaciones. Además, deben instalar un medidor de energía eléctrica nuevo, porque el que está instalado está a nombre de la empresa constructora.