El sol naciente y el ojo abierto (ojo del pueblo, ojos de Dios) del nacimiento de la epopeya popular, han sido desvirtuados por una lucha de clases tan repudiada por el propio General Perón.-Los laureles de la victoria y de la gloria se han secado por la falta de apertura de una conducción que siguen pensando que nada pasó.
Los nódulos rojos entre los laureles –que representan la tradición del Federalismo y el primer Radicalismo- han sido destrozados por una política de neto corte unitaria, que tiene a las provincias como rehenes o como preferidas de acuerdo a que estén de un lado u otro en las luchas innecesarias propuestas, lejos por supuesto de aquel abrazo Perón –Balbín.-
Las manos unidas, que representan la unidad de la Nación y la colaboración de clases para una revolución no violenta, han sido cambiadas por un diagnostico de amigo-enemigo mas parecido a la de federales y unitarios de 1820, que a la integración que propone Perón en la Comunidad Organizada.
Las palabras de Álvarez Maldonado en la Sociedad Rural de la Paz me han llevado al convencimiento que nos han puesto a todos en la misma vereda.- A los que bregamos por la integración de todos los sectores (productivos, de servicios, del estado, comercio, trabajadores) en la nación y en la provincia, como a aquellos que se ha subido –por la directiva de la conducción del PJK- a la lucha de clases y la descalificación sectorial.
Ese Partido Justicialista y su escudo, ese partido por el que hoy uno lee y relee las paginas de los medios provinciales y ve que el peor enemigo es el compañero, ese partido que nos llevo a la derrota y aun persiste en el equivoco; ese partido sobre el que opinan todos para atomizarlo y romperlo aun mas, ese partido no es el partido de Perón, tampoco su escudo.
Por eso le ruego a los dirigentes rurales, sindicales, empresarios, etc., que sepan distinguir, mas allá de la sinuosidad como estrategia electoral –fallida por cierto- a unos y a otros.
Este Partido, no es el partido de Perón, tampoco de muchos compañeros que comenzamos a discutirlo aun con este humilde documento.
No creo que las internas –por las que accedí a todos los cargos políticos e institucionales que con honor he cumplido- sirvan para devolver el continente y el contenido soñado por Perón y Evita a este Movimiento Nacional y su partido.
Espero que sirva de disparador para unir y no para seguir dividiendo.