El efecto Carrió

Turbados, desconcertados, llenos del odio de la impotencia, todos los días aparecen negando los dichos del día anterior con un nuevo disparate. Hoy la onda es Verna cuya actitud es tomada por Joaquin Morales Sola que se anima a asegurar, “Carlos Verna (candidato a gobernador de La Pampa renunciante) gatilló la más espectacular reacción del peronismo ante el increíble proceso de concentración del poder presidencial”.
Además y como ya se sabe, actúan en tándem con Clarín que también hoy publica declaraciones de Cariglino (uno de los barones del conourbano)que se fue con Eduardo Duhalde y que sale a decir que “Verna es valiente, expresa lo que muchos quisieran hacer y no pueden”.

Conmueve la poca importancia que le dan a la esquizofrenia que generan. De tan burdas sus apreciaciones hacen aparecer como brillante a un gobierno que simplemente utiliza una lógica elementalísima.
Desde hacía más de un mes que a la presidente la habían enfermado, la mostraban deprimida, dubitativa, casi quebrada y con enfermedades de variada índole, no parecía que fuera así, en los actos ella se mostraba exultante, pero insistían. Pretendían generar la idea que ella podía no presentarse a la reelección, creando un vacío de poder. Hasta la habían mostrado confrontando con sus hijos, en especial con su hija que “desaprobaba que su madre siguiera en política”.

Un buen día la presidente dijo que iría por su reelección y que hacía 8 meses que lo tenía decidido. El simple anuncio produjo un desbarajuste, Elisa Carrió afirmó que se sentía “engañada” y ofendió, como lo hace siempre, la señaló como impostora del dolor al llevar un luto durante tanto tiempo, etc. etc.

Vale decir que Carrió se engañó a si misma. La explicación es que se retroalimentan tanto con los multimedios que se terminan creyendo sus propias operetas.

La presidente anunció algo que se caía de maduro pero que, sin embargo, apareció como una movida “brillante”, “genial”, cuando en realidad, no había hecho más que jugar con los tiempos y los plazos legales, algo que en realidad podía hacer cualquiera.

Similar lo que ocurrió con la elección de los vice, el de ella, Amado Boudou y el de Daniel Scioli, Rubén Mariotto. La mostraron monárquica, autoritaria, humilladora, cuando hasta hacía poco la hacían aparecer débil frente al imponente aparato pejotista, incapaz de doblegar esa monumental maquinaria electoral.

A propósito del caso Mariotto, vale recordar que la más variada gama opositora y a efectos de desnaturalizar el apoyo de los sectores progresistas a este gobierno, se mofaba de ellos con el argumento que tenían que apoyar a los” barones” del conurbano bonaerense. Ahora y en vista que esos “barones” están lejos de ser lo que eran y han perdido poder, prueban por otro lado, los azuzan asegurándoles que el “cristinismo” los viene a desbancar y muestran al mismo Scioli al que hasta hace poco alentaban a desbancar a CFK, como un dominado al que acaban de humillar.

Una de las últimas y grandes jugadas mediáticas tendiente a producir miedo, fue que la CGT y el moyanismo habían copado el gobierno. Saltaron con tanta virulencia que es imposible disociarlo del momento en que largaron la andanada : las paritarias, el momento en que se discutían o había comenzado el debate salarial, ¿ que quedó de todo ese humo ?.

Hoy, se sabe que los legisladores ubicados por la CGT en las listas de candidatos, son menos de la mitad de los que tenía hasta ahora.

Como síntesis se puede afirmar que, hoy y en vista de que los “progres” que apoyan a este gobierno se animan a decirlo y no se sienten tan amedrentados como antes por el stablishment mediático, prueban si les va mejor azuzando al peronismo más ortodoxo y a Moyano.
Es lo que explica porque, apenas conocido el nombre de Amado Boudou y Marioto como vices de CFK y Scioli han salido a señalar que, el “cristinismo” (así lo llaman ahora), ha venido a “colonizar” al peronismo verdadero.

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