La calidad de la gestión legislativa está atada a un buen servicio de organización normativa; pero también la calidad de la gestión pública en general, de sus operadores estatales y particulares dependen del acceso efectivo, transparente y confiable a las normas vigentes. De la misma manera, la calidad de la ciudadanía está involucrada en ello, puesto que un correcto sistema de información de los derechos y deberes individuales y sociales permite ejercerlos más plenamente.
Las expresiones vertidas dan cuenta de la importancia de la iniciativa que debería merecer tratamiento legislativo.