Durante las tres horas que duró la reunión en la sede que la CGT tiene en la calle Azopardo, los representantes de las distintas entidades sindicales explicaron a viva voz cómo les había ido en las últimas reuniones paritarias, y plantearon su parecer sobre el aumento que debería tener el salario mínimo y la importancia de universalizar la asignación familiar.
En la actualidad, los empleados que tienen un salario de hasta $ 2400 cobran una asignación familiar de $ 160, y los que tienen un salario de hasta $ 3600 alcanzan los $ 110. Cabe recordar que la asignación familiar por hijo sólo la recibe uno de los dos cónyuges.
“La asignación por hijo era universal hasta que llegó la dupla Domingo Cavallo (Economía) y Patricia Bullrich (Trabajo) y la limitaron”, señaló el titular del gremio de Judiciales, Julio Piumato.
Juan Carlos Schmid, vocero de la CGT junto a Omar Plaini, fueron los encargados de comunicar las novedades en la conferencia de prensa.
Según indicó Plaini a Tiempo Argentino, la reunión del Consejo Directivo tuvo asistencia casi perfecta: “Estuvieron los principales directivos y representantes de los sectores sindicales; la industria, el comercio y los servicios. Puede ser que haya faltado alguien, pero es normal en este tipo de eventos”. Plaini además ratificó el apoyo de la CGT al modelo económico productivo que encabeza Cristina Fernández de Kirchner.
“Acompañamos este gobierno, somos oficialistas del modelo”, señaló sin cortapisas Plaini, quien en todo momento trató de quitarle un contenido político-electoral a la reunión del Consejo Directivo.
“Esta asamblea se hace una vez por mes y la discusión por el mínimo se viene dando siempre en julio. No tiene nada que ver con el calendario electoral”, subrayó Plaini.
Ahora, la CGT comenzará la batalla más complicada para tratar que el salario mínimo vital y móvil se ajuste más al aumento que tiene previsto la Central Obrera. La CGT tiene diez puestos en el Consejo del Salario, mientras que la CTA, la otra representante sindical, suma otros tres en la áspera negociación que mantendrán con los empresarios, que aunque aún no fijaron una posición clara, intentarán que la suba sea insignificante (ver aparte).
Ahora tanto las centrales empresariales como las sindicales esperan que el ministro de Trabajo Carlos Tomada establezca una fecha para comenzar el debate por un salario mínimo más justo.