Giampaolo recordó que el gobierno nacional perdió la votación en el Senado de la aprobación de la Resolución Nº 125 y aceptó la decisión. “No buscó medias tintas y tuvo que dar de baja la 125”, expresó. Pero sostuvo que no ve la misma actitud de parte de los representantes agropecuarios. “Si un legislador no considera que es el momento político para debatir tal o cual proyecto, tiene derecho a no hacerlo”, expresó.
No obstante, el concejal señaló que varios legisladores fueron víctimas de “escenas muy violentas”. Entre ellas, intentaron “hacerlos debatir por la fuerza, volver a la Cámara cuando se estaban retirando”, etc. Entre ellos, la diputada bustista, Cristina Cremer, dijo que 15 ruralistas la hicieron salir del recinto para solicitarle que dé quórum para la sesión donde se iba a tratar el proyecto opositor sobre las retenciones. Y manifestó que vivió “una situación angustiante”.
El titular del bloque pidió que los procesos de sanción de una norma sean respetados por todos los sectores de la comunidad. En esa línea, se preguntó cual sería la reacción de la sociedad si un gremio estatal fuese al Congreso a increpar a los legisladores para que les dupliquen el sueldo. “Cuando aprueban los intereses del sector, aplauden y dicen que los senadores estuvieron ‘a la altura de los acontecimientos’. Cuando la decisión no responden a los intereses: ‘es la corporación, la caja, la corporación política’”.
Además, cuestionó a quienes miden con diferentes varas los piquetes, estableciendo diferencias entre piquetes “buenos” y “malos”. Incluso, señaló que la misma dirigencia agraria que corta las rutas “son los mismos que hasta el cansancio” criticaban los piquetes diciendo que “no se podía vivir de esa forma, que era un atentado a la democracia y que no se respetaban las garantías individuales de los ciudadanos al libre tránsito”. En definitiva, los “morochitos piqueteros eran muy mal vistos”. Hoy hacen cortes “avanzando en forma egoísta sobre los otros sectores”.
El tope horario no se modifica
La ordenanza que estipuló un tope horario establecía que el 31 de marzo los boliches debían cerrar a las cinco. Pero la decisión de dejar el horario actual surgió luego de los ediles una reunión con los propietarios de los boliches quienes esgrimieron “muchos argumentos en torno a la necesidad de cambiar el horario de las 5 de la mañana”.
El horario actual se prorrogó por seis meses. Mientras tanto, los ediles se reunirán con los distintos sectores para tratar la problemática. Entre ellos, los vecinos de los boliches que se han quejado por el volumen de la música y la alta velocidad con la que transitan en moto en sus inmediaciones. “De esa forma, vamos a buscar el mayor consenso para acordar un horario de cierre definitivo”, dijo Giampaolo.
Por otra parte, aseguró que ningún propietario del algún boliche plantease la posibilidad de derogar el tope horario. “De la charla que tuve con todos coincidían plenamente en que un horario tiene que existir”, indicó.