La iniciativa fue presentada a fines de 2004 y se sancionó a principios de 2005. Santana recalcó que el trabajo fue realizado en conjunto con el entonces diputado provincial Enrique Cresto. La idea fue darle mayor participación a la producción local dentro de las grandes cadenas de supermercados de la ciudad.
Para poder participar del programa a las pymes locales se les exigía poseer: a) Planta industrial en la ciudad, aunque sea esta de reducido tamaño, familiar. b) Regularizados impositiva y provisionalmente c) Reunir requisitos de calidad y presentación de los productos d) Precios razonablemente competitivos e) Capacidad de producción mínima para atender un grupo de clientes.
Santana explicó que la exigencia de proveer precios razonablemente competitivos obedecía a no obligar a priorizar la comercialización de productos locales que no pueden competir con otros producidos en otras ciudades. Para ello, a los proveedores locales se les ofrecía un descuento del 70 % por las ventas en la tasa de inspección de higiene sanitaria y profilaxis (hoy tasa comercial).
Pero, para acceder a ese beneficio, debían identificar la góndola respectiva con la denominación de “Productos Concordienses” o algo similar. En el artículo 11° se señala que el programa debe tener un compromiso de exhibiciones especiales y publicaciones fuera y dentro del supermercado. “Los productos que se comercializan a través de este programa deberán poseer un sticker con la inscripción ‘Hecho en Concordia’, asimismo la exhibición en góndola de los mismos deberá ser rubricada por la Municipalidad en dicho sticker”, mencionó. En ese sentido, el ex concejal comparó la identificación de esas góndolas con las destinadas a los celíacos. Una ordenanza del año 2011 exige exhibir en un lugar exclusivo los productos aptos para consumo por celíacos.
Más adelante, Santana recordó que en el hipermercado no había productos locales. “Habíamos citado una fábrica de alfajores de maizena que andaba muy bien pero no tenía el nivel para llegar al hipermercado”, señaló. En tanto, en el hiper se encontraban marcas que se elaboran en Buenos Aires que se destacaban en envases cuyo costo, fabricados a gran escala, se abaratan.
Además, el ex concejal manifestó que las cadenas también obtienen beneficios al comercializar productos locales de calidad y frescos dado que llegan de inmediato a las góndolas y al consumidor.
El ex edil leyó la iniciativa que se propuso a nivel nacional y recalcó que “trabajando e investigando se pueden lograr cosas”. No obstante, en Concordia no tuvo éxito. La ordenanza no fue reglamentada y tampoco hubo grandes cadenas interesadas en llevar adelante la iniciativa. El edil dijo que el éxito de la iniciativa depende de las autoridades municipales. “Tiene que ver con el trabajo posterior que se haga. Si hay funcionarios que realmente tengan la intención de llevarlo adelante y la pongan en práctica, hay un efecto multiplicador que puede llegar a concretar la idea original de la ordenanza. Quien la lleve adelante no creo que tenga inconveniente en que los productores locales se sumen”, señaló.
El secretario de Producción municipal, Néstor Loggio, indicó que en Concordia se producen arándanos y citrus y derivados industriales (jugos de citrus y mermeladas, licores y jugos de arándanos) con calidad y en cantidad. El resto de los productos alimenticios son las verduras y hortalizas que se venden en la feria de la ex Estación Norte. El resto de los productos más elaborados son dulces, conservas y escabeches son de tipo artesanal. “No tienen escala para comercializarse en cadenas de supermercados”, mencionó.
No obstante, remarcó que de lograrse la apertura de un espacio de comercialización adecuado, Loggio señaló que los concordienses van a estar en condiciones de ofrecer productos alimenticios elaborados en la ciudad con los volúmenes adecuados para estar en góndola.
De la misma forma, manifestó su escepticismo respecto de tener góndolas abastecidas con productos locales dentro de las grandes cadenas. Según sostuvo, es prácticamente “imposible” para una pyme poder trabajar con las multinacionales debido a que fijan los precios y las condiciones de pago. Un pequeño empresario que entrega toda su producción no puede esperar 120 días para cobrar. “Necesita una relación rápida entre la entrega del producto y el cobro al precio”, indicó.
Como ejemplo, mencionó un diálogo con una cooperativa de productores de fruta mendocinos que estuvieron en Concordia. Anteriormente le vendían a una de las grandes cadenas a nivel nacional pero desistieron de seguir trabajando porque perdían dinero. “Optaron por recorrer el país con un equipo de 30.000 kilos que venden, al público, a un precio mejor que el de la góndola del super y ellos cobran en efectivo. Para ellos es mucho más rentable y para el público también”, mencionó.
El funcionario señaló que el gobierno nacional planteó una línea de trabajo que apunta a mejorar la competitividad y la accesibilidad de los productos elaborados por pymes. Para ello se requiere bajar costos y eliminar la “intermediación parásita” intentando que los productos lleguen en forma directa a los consumidores. Y el mejor ejemplo de esa política son los camiones que llegan periódicamente con Carnes, Frutas, Pastas o Pescados para Todos. “Pero son productos que llegan cada 15 días”, acotó.
Pero Loggio se mostró más interesado en poder habilitar lugares de venta permanentes con costos menores a los que ofrecen las grandes cadenas. De hecho, mencionó que hay conversaciones informales tendientes a lograr la apertura de una especie de sucursal del Mercado Central en Concordia similar a la que, en la Capital Capital, el gobierno porteño no deja abrir en el barrio de Colegiales.
Pero aclaró rápidamente que se trata de conversaciones preliminares. “Me han hecho consultas y en Concordia se podría pensar en un espacio de comercialización como el Mercado Central”, indicó. Para ello se necesita pensar en un lugar amplio con cámara de frío y playas de estacionamiento de transporte de carga.
Cabe acotar que la idea no es nueva dado que hace cuatro años también hubo algunas gestiones, de las que incluso participó el ministro de Producción de la provincia, Roberto Schunk, que finalmente quedaron en la nada. Pero Loggio remarcó que esta vez están vez harán todo lo que esté al alcance para que no vuelva a suceder lo mismo.